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Reportaje:BODEGAS DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA

La Meca de un vino inigualable

Las condiciones climáticas especiales permiten la elaboración de la manzanilla

Existe una peculiaridad en el sur de Andalucía que no puede darse en ningún otro rincón del mundo. Las condiciones de un microclima específico, fruto de la combinación de las aguas del Guadalquivir que se abren desde la desembocadura al océano y la proximidad al Coto de Doñana, hacen de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el lugar propicio para elaborar un vino único e inigualable: la manzanilla.

Hoy cualquiera puede tener acceso a una copa de este vino de color amarillo pajizo de 15 grados de alcohol. Pero resulta imprescindible desplazarse hasta esta ciudad costera para descubrir las particularidades del proceso de elaboración, conocer la esencia de un trabajo manual de tradición o, sencillamente, dejarse embriagar por el intenso aroma de la localidad gaditana.

Este caldo solo se cría en Sanlúcar ya que el velo de flor se mantiene todo el año
Miles de personas visitan el Museo Barbadillo en la Casa Palacio de la Cilla

Con el paso de los años, la industria del vino ha encontrado en el culto a este producto gastronómico de primer orden un motivo más para hacer negocio y promocionarse, a través de los museos y las visitas guiadas en el propio lugar de producción. Desde una pequeña muestra real de un viñedo, hasta los distintos trasiegos o mudas del líquido que se realizan para completar la crianza de los distintos vinos. Bodegas Antonio Barbadillo, fundada en 1821, se presenta como "una de las más prestigiosas" en conseguirlo, al considerarse en su página web "el mayor criador de manzanillas de todo el denominado triángulo de Jerez", con marcas reconocidas internacionalmente como Solear y Muy Fina.

Las diferentes sensaciones térmicas y aromas que acompañan al visitante durante todo el recorrido se acentúan al llegar a la bodega mayor. Más de 4.000 botas de manzanilla, agrupadas en tres pisos, recorren esta oscura y fresca bodega, construida a imitación de una catedral. Techos altos para mantener la humedad cerca de las botas. Mientras la vista no alcanza el final de la bodega, el guía revela el secreto de esta tierra: "La manzanilla solo puede criarse aquí porque el velo de flor permanece los 365 días del año", apunta Antonio, quien, además de mostrar las singularidades de la enología, forma parte de los casi 50 trabajadores de la propia bodega. Sus conocimientos como trasegador ayudan a comprender mejor: "La técnica es la misma para un fino de Jerez que para una manzanilla", dice. "El aguante del velo es lo que provoca que se críe un tipo de vino u otro", concluye.

Desde que fuese inaugurado el Museo Barbadillo de la Manzanilla en 2002, miles de personas han podido recorrer el interior de las centenarias bodegas. Una oportunidad para descubrir los secretos de la crianza del vino a través de las visitas que ofrece en grupo, de martes a sábado, en la Casa Palacio de la Cilla. Este lugar, con más de dos siglos de historia, acoge la bodega más representativa de las 17 distribuidas por todo el municipio, que cuentan con una capacidad para 35 millones de litros.

"La ubicación de esta bodega no es casual. La primera generación de Barbadillo decidió comprar poco a poco cada una de las estancias que componen este palacio", situado en el Barrio Alto de la singular Sanlúcar. "Para convertirlas en lo que hoy son, tuvieron en cuenta aspectos como la luz, la altura del terreno, la orientación del viento y del propio edificio".

Visitas Bodegas Antonio Barbadillo: martes a sábado, a las 12.00 y a las 13.00. Precio: 3 euros / calle Sevilla, 1. 956385521.

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