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López y Bilbao relegan sus diferencias y se muestran cercanos en Estados Unidos

Ambos líderes comparten cordiales una jornada repleta de actos en Idaho

El País

Ni el Museo Guggenheim, ni el Consorcio de Transportes de Vizcaya, ni San Mamés, ni el resto de polémicas que en los últimos meses han sacudido la política vasca. El lehendakari, Patxi López, y el diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, aparcaron ayer sus diferencias y se mostraron cordiales durante la jornada repleta de actos que compartieron en la ciudad estadounidense de Boise, en Idaho. Una cercanía, afectuosa en sus formas, que rebajó la expectación que había levantado la coincidencia de ambos mandatarios al otro lado del Atlántico.

La fiesta que cada cinco años reúne a miles de vascos en Boise evidenció un trato entre López y Bilbao a la que no acostumbran en Euskadi. El lehendakari y el diputado general comenzaron juntos la jornada tomando un café en el hotel y se trasladaron en el mismo coche al Capitolio de Idaho, donde se reunieron con el gobernador. Más tarde volvieron a coincidir en la recepción que el presidente vasco ofreció a la diáspora y en la inauguración de una exposición sobre pelota auspiciada por la Diputación. Entre tanto, tuvieron también tiempo de charlar de forma distendida en las calles.

La 'txapela' de un 'aurresku' fue a parar a manos de Bilbao, que se la dio a López

El estreno de la muestra acaparó las anécdotas de la jornada. Durante una exhibición previa de danzas vascas, la txapela que acostumbra a lanzar el dantzari fue a parar a las manos del diputado general, que se la entregó a López como símbolo del ambiente cordial. Minutos más tarde, la presentadora de la exposición quiso ceder la palabra al lehendakari en primer lugar, pretensión que fue corregida en virtud de las reglas de protocolo, que instan a cerrar los actos oficiales con la intervención de los cargos más importantes.

Con sus discursos, ambos mandatarios quisieron ratificar la imagen de normalidad institucional que escenificaron durante la jornada. El diputado general reconoció a López su presencia en la inauguración, mientras que el lehendakari agradeció a Bilbao la invitación y elogió la idea de llevar la muestra sobre la historia de la pelota a Boise.

López sólo asumió el protagonismo en solitario durante su recepción a la diáspora. En su intervención subrayó que la identidad vasca es "una de esas raíces que se extiende por el mundo" y añadió que se trata de "una riqueza que hay que preservar y alimentar".

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El susto del diputado general

Por encima de sus diferencias políticas cada día más ostensibles, las relaciones entre las embajadas del Gobierno vasco y la Diputación Foral de Vizcaya en suelo americano son "perfectas y cordiales". Eso sí, que nadie busque química alguna. De hecho, no se hablará una palabra del Guggenheim a pesar de la presencia de las dos representantes de Cultura a nivel autonómico y foral.

Pero se ha evidenciado una exquisita relación como se puso de manifiesto al conocer los representantes del Gobierno vasco que José Luis Bilbao, el diputado general vizcaíno, había sufrido una bajada de tensión que le obligó en Boise a un rápido internamiento en un centro hospitalario como medida preventiva.

Tras un rápido reconocimiento médico, Bilbao fue dado de alta y se incorporó a los instantes finales de la cena que tenía lugar en el Leku-Ona, tras haber compartido la inauguración de una muestra sobre la pelota vasca. Los efectos del jet lag y la elevada temperatura, por encima de los 40 grados, contribuyeron a este desequilibrio orgánico del diputado general, que ya ha reanudado con normalidad su agenda.

En medios de la expedición, donde se libran las últimas horas antes de iniciar mañana el largo vuelo de regreso al País Vasco, existe una coincidencia en restar "dramatismo" a los malos augurios que se cruzaron al conocerse que el lehendakari López y Bilbao iban a coincidir en este viaje a EE UU.

Entre representantes del Gobierno, además, se ha puesto el acento sobre la "excelente" acogida que les han dispensado los descendientes de Euskadi que han hecho su vida en suelo americano. En un principio se temía por el posible hielo que podría rodear el tratamiento a un lehendakari socialista. La experiencia ha resultado "muy enriquecedora", ya que los contactos se han realizado con personas que "están implantadas aquí, que no se olvidan de sus raíces vascas y que cruzan perfectamente el inglés, el castellano o el euskera sin problemas".

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