Tarragona solventa el problema de la basura del norte de Castellón

Las basuras del norte de Castellón no irán a Alicante, tal como expusieron tanto el consejero de Medio Ambiente, Juan Cotino, como Vicent Aparici, responsable de residuos de la Diputación de Castellón, institución en la que los pueblos de la zona tienen delegada la gestión de sus basuras. Finalmente, Tarragona será, con toda probabilidad, el destino de los desechos de los 49 municipios que componen la zona I en la que los aglutinó el Plan Integral de residuos, aprobado en 1997 y aún sin ejecutar.

Hasta ahora, el vertedero de Vilafranca acogía la basura de la mayoría de estos municipios, pendientes de la ejecución de la planta de tratamiento que ha de construirse en Cervera. Sin embargo, al vertedero le queda poco más de un mes de vida útil, con lo que el problema atenazaba a los Ayuntamientos.

La solución ha llegado de la mano de una empresa, Griñó Ecològic, ubicada en el municipio tarraconense de Constantí, y de Reciplasa, la empresa pública gestora de los residuos del centro de la provincia de Castellón. Ambas han firmado un convenio por el que Reciplasa enviará a Constantí alrededor de 3.000 toneladas de residuos al mes para que sean tratados y transformados en biocombustible, un producto distinto del compost que la sociedad pública produce en su planta de Onda. Tras el acuerdo, la empresa se ofreció a acoger más basura, ya que su capacidad es mayor, y Reciplasa trasladó la posibilidad a los municipios del norte de la provincia, ya que la planta de Griñó se encuentra a apenas 100 kilómetros, mucho más cerca de los 300 que tendrían que recorrer los camiones en el caso de que los residuos fueran finalmente enviados a Alicante.Los presupuestos municipales de los Ayuntamientos del norte de la provincia de Castellón ya fijaban, para este año, las cantidades que los contribuyentes debían pagar por la recogida y tratamiento de sus basuras teniendo en cuenta, en la mayoría de los casos, que la gestión de residuos podía variar y encarecerse a lo largo del año, ante la necesidad de trasladar los desechos a Alicante. De hecho, algunos municipios ya están enviando sus basuras incluso a plantas ubicadas fuera de la Comunidad Valenciana.

El traslado de los residuos a la planta de Constantí, en Tarragona, que se plantea como la solución más factible, supondrá para los Ayuntamientos un ahorro de un 25%. Así lo señaló ayer Javier Moliner, en calidad de presidente de Reciplasa, sociedad pública gestora de los residuos del centro de la provincia de Castellón, que ya ha firmado un convenio con la empresa de Constantí y a través del cual pretenden solucionar el problema del norte de la provincia, cuando apenas queda un mes para que se clausure el vertedero de Vilafranca.

Algunos Ayuntamientos ya habían planteado su intención de trasladar sus residuos a Cataluña, en lugar de hacerlo a Alicante, debido al largo trayecto que tendrían que recorrer, de unos 300 kilómetros, distancia que encarece el servicio. Estos Ayuntamientos habían obtenido la autorización de la Generalitat de Cataluña, pero estaban pendientes de recibir el visto bueno de la Generalitat valenciana.

Solución provisional

Ahora, utilizando de mediadora a Reciplasa, los municipios no tendrán problema con los permisos ya que esta sociedad pública, como gestora de residuos, posee todas las autorizaciones para el traslado de la basura.

Pese a que el consorcio de la zona I, que aglutina a 49 municipios castellonenses, aún no ha adoptado ninguna decisión, según expuso ayer Moliner, la mayoría de los alcaldes afectados ya han mostrado su predisposición a adoptar esta medida. En cualquier caso, el traslado sería provisional, hasta la puesta en marcha de la planta de tratamiento que ha de construirse en Cervera, que, según las previsiones, estará acabada en poco más de un año. Aún así, el problema puede volver a amenazar a los Ayuntamientos ya que el acuerdo firmado entre Reciplasa y la plata tarraconense, al que se acogerá la zona norte de Castellón, tiene una vigencia de ocho meses.