Una fórmula poco mágica
Stephanie Zacharek escribía en su sección de Salon.com que Sunshine Cleaning, ter-cer largometraje de Christine Jeffs, "desea de manera tan intensa ser la próxima Juno o Little Miss Sunshine que una puede casi oler la desesperación que emana de la pantalla". Es la definición perfecta de un producto que, pese a sus virtudes parciales, tiene a su peor enemigo en su obsesión por postularse como sleeper en modalidad espejismo indie para consumo del gran público. La película, de hecho, comparte productores con Little Miss Sunshine -Peter Saraf, Jeb Brody y Marc Turtletaub- y cabe suponer que tanto la reiteración de la palabra sunshine en el título como la presencia de Alan Arkin en el papel de abuelo deslenguado, en conveniente complicidad con nieto más o menos anómalo, no son, precisamente, pura coincidencia. Sunshine Cleaning tuvo su puesta de largo en la edición de 2008 del festival de Sundance y llega tardíamente a las pantallas españolas tras tener un estreno limitado en Estados Unidos: en suma, una historia ejemplar para desconfiar, de una vez por todas, de las fórmulas.
SUNSHINE CLEANING
Dirección: Christine Jeffs.
Intérpretes: Amy Adams, Emily Blunt, Alan Arkin, Steve Zahn, Clifton Collins, jr., JasonSpevack.
Género: Drama. Estados Unidos, 2008.
Duración: 91 minutos.
La neozelandesa Christine Jeffs cuenta esta historia de dos hermanas, empeñadas en salir de sus particulares hoyos existenciales a través de la limpieza profesional de escenas del crimen, con un uso casi caligráfico de toda impostación indie: disfuncionalidad familiar y épica loser, convenientemente matizadas por cierto sentimentalismo de telefilme y un determinismo narrativo orientado al final feliz.
Algunas de las ideas que maneja el guión de Megan Holley se aproximan a la cursilería más enervante. La visión de la familia como zona de convalecencia postraumática no ahorra ni un solo tópico de melodrama de sobremesa, pero Amy Adams consigue demostrar, una vez más, que, tras su aspecto de idealización disneyana, hay una actriz dotadísima, capaz de defender papeles como el de esta ex capitana de animadoras varada por un lastre de baja autoestima. Y el secundario Clifton Collins Jr., en la piel del dependiente manco de una tienda de material de limpieza, podría dar una lección a Jeffs y su guionista sobre el arte de transmitir sin subrayar, de comunicar sin recurrir al tópico.
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