Vuelta a España de palacio en palacio

Cayetana de Alba, a sus 83 años, sigue siendo una mujer viajera. Le gusta moverse de un lado para otro pero siempre siguiendo el mismo orden geográfico. Cuando llega el verano, la duquesa comienza su particular vuelta a España, que no hace en bicicleta sino de palacio en palacio, de mansión en mansión. Su veraneo comienza siempre en San Sebastián, en el palacio de Arbaisenea, que fue propiedad de su primer marido, Luis Martínez de Irujo, padre de sus seis hijos. Allí se encuentra ahora la duquesa, que espera para hoy la llegada de Alfonso Díez, su último acompañante, con el que por segundo año va a compartir parte de estos viajes.

Cayetana es una turista inquieta que no para más que el tiempo necesario entre las paredes de sus palacios. Estos días resulta muy normal verla en algunos de los restaurantes más famosos de San Sebastián. Ya ha pasado por La Nicolasa en varias ocasiones, por Akelarre y Rekondo. También se la ha visto pasear por las calles de esta ciudad y entrar en los comercios. Los donostiarras ya están habituados a verla por la ciudad y la consideran una más. Eso es lo que más le gusta a ella.

La duquesa espera a su novio, Alfonso Díez, en la capital guipuzcoana

Desde San Sebastián, la duquesa ha hecho una escapada a Cantabria para visitar a la que fue su nuera Eugenia Fernández de Castro, que estuvo casada con Jacobo, conde de Siruela. Y es que ella establece los lazos familiares independientemente de los matrimonios y divorcios de sus hijos.

Otra vivienda que siempre recibe la visita de la duquesa es la que posee en Ibiza, en Cala Salada. Allí se desplaza en agosto y recibe la visita de algunos de sus nietos más pequeños. El año pasado, en Ibiza, los fotógrafos obtuvieron unas valiosas fotos de Cayetana con Alfonso Díez, unas de las más cotizadas de la temporada.

Pero no son estas las únicas propiedades de la Casa de Alba a las que acude su propietaria en verano. También se hospeda en la finca Las Cañas de Marbella, donde coincide con sus hijos Fernando y Eugenia. Allí se refugió Cayetana tras la muerte de su segundo marido, Jesús Aguirre. La residencia, ubicada en la playa de Casa Blanca, ha tenido problemas urbanísticos, ya que invade, según la Ley de Costas, 32 metros cuadrados de dominio público.

Pero es el palacio de Dueñas la residencia favorita de la duquesa, entre otros muchos motivos porque se encuentra en Sevilla, la ciudad en la que le gusta vivir casi todo el año y el punto de salida y llegada de todos sus viajes. Ni tan siquiera el valioso palacio de Liria, en el centro de Madrid, ha logrado que Cayetana se instale de manera continuada en una de sus mansiones. Tras su vuelta veraniega a España, su siguiente objetivo es viajar a India para conocer una escuela que lleva su nombre.