Pesimismo por los resultados empresariales

El Ibex 35 cerró esta última sesión por debajo del nivel de los 10.000 puntos, ante el deterioro de las expectativas sobre los resultados empresariales en Estados Unidos.

Las pretensiones de apoyar un movimiento alcista de los mercados de valores en los resultados empresariales se vinieron ayer abajo tras la presentación de las cuentas de Bank of America y Citigroup. Ambas entidades defraudaron las esperanzas de los inversores al confirmar las dificultades de la banca para mejorar sus beneficios con una economía poco activa.

El mercado de valores español abrió la sesión sin un rumbo definido, pero con discretos signos de estabilidad en torno a los grandes valores. La situación en el sector bancario europeo parecía tender a la tranquilidad, ahora que es evidente que no habrá resultados de escándalo en las pruebas de resistencia, pero los inversores están inquietos ante la evidente presión bajista de los grandes fondos. Son muchos los que se preguntan por qué se mantienen las posiciones cortas sobre la banca española si en unos días se va a demostrar que no hay problemas, a menos que el entorno los siga creando.

El Ibex 35 alcanzó su máximo intradía a media sesión, con 10.253,90 puntos pero, cuando comenzaron a salir a la luz las cuentas de los grandes bancos estadounidenses, se produjo una huida en toda regla y para la apertura de la Bolsa de Nueva York ya se perdía más del 2%, con un mínimo en 9.913,30 puntos. Los malos datos de Bank of America y Citigroup tuvieron el contrapeso de General Electric, pero ese precario equilibrio se rompió al publicarse el índice de confianza de los consumidores que, con datos preliminares, perdía casi 10 puntos respecto a junio. El Ibex 35 cerró con una caída del 1,66% que contrastaba con el 2,28% que bajó París y el 1,77% que se dejó la Bolsa de Francfort. La Bolsa de Nueva York caía el 2,22% a media sesión, tras constatar los inversores que el consumo, pilar de la economía de Estados Unidos, no pasa por sus mejores momentos, ni siquiera en ausencia de presiones sobre los precios, pues el IPC de junio bajó el 0,1%.

La situación, en conjunto, no tiende al optimismo, ya que el mercado de valores español no podrá sustraerse a la tendencia global, marcada en estos días por la debilidad económica.