El rector cree que la Universitat no debe pronunciarse sobre El Cabanyal
Sería imprudente porque el caso está en manos de la justicia, afirma Morcillo
El rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, no cree que la institución deba pronunciarse sobre el conflicto del barrio de El Cabanyal. Lo dijo ayer ante el Claustro, el primero que presidía desde que salió elegido en marzo.
La sesión se agotaba cuando Esther Sanz, del sindicato de alumnos Acontracorrent, leyó una moción en la que pedía que el Claustro, máximo órgano de representación de la universidad, se declarase partidaria de la protección del barrio; Rechazara los derribos ordenados por el Ayuntamiento (por constituir un "expolio innecesario"); condenase las cargas de la policía local y nacional contra los ciudadanos que intentaron parar las demoliciones de abril; y se ofreciera a participar en su rehabilitación. El escrito, afirmó Acontracorrent, había recibido en unos minutos el respaldo de 42 claustrales. Incluidos los tres candidatos que compitieron con Morcillo por el rectorado: María Antonia García Benau, Antoni Furió y Vicent Soler.
"La Universitat ha de ser un referente crítico", declaró Paco Montes
El Claustro aprueba por amplia mayoría el informe de gestión del rector
Sanz pidió que se votase. El vicerrector de Planificación e Igualdad, Antonio Ariño, objetó que no procedía. El rector se sumó a la idea. Llevaban razón, porque el asunto no había sido incluido en el orden del día.
En el breve desconcierto que se generó, sin embargo, Morcillo fue más allá del plano reglamentario y consideró que no era "prudente" que la Universitat de València se pronunciase sobre una cuestión que estaba en manos de los tribunales. Podía interpretarse, dijo, como "una manera de hacer presión" hacia las "instituciones públicas" que tienen competencias en la materia. El caso se encuentra ahora en el Tribunal Constitucional.
El mismo rector, sin embargo, citó de memoria que el Consejo de Gobierno de la universidad ya se posicionó en defensa del barrio marítimo en 1998. Y que lo mismo han hecho la facultad de Derecho y el departamento de Historia del Arte.
Los alumnos de Acontracorrent reconocieron que habían tratado de "colar" la moción (con un tecnicismo) tras haberse superado el plazo para hacerlo. Lo atribuyeron a que el Claustro hubiese sido convocado el 15 de julio, justo después de varias semanas de exámenes.
Lo llamativo fue que horas antes (la sesión fue larga) de que saltara la polémica sobre El Cabanyal, un representante del Personal de Administración y Servicios había criticado desde la tribuna que el propio Claustro hubiera sido convocado fuera de plazo (debe hacerse en el primer semestre del año), y que la documentación sobre los temas a tratar también hubiera sido enviada con retraso respecto a lo que establece el reglamento. Y nadie se lo discutió.
Morcillo no tuvo ningún problema para que la cámara aprobara por amplia mayoría su informe de gestión y el plan operativo para 2011 que presentó su vicerrector de Economía, Máximo Ferrando. Antes de llegar a ese momento, tuvo que escuchar las primeras objeciones a su mandato.
La más destacada la hizo el profesor Paco Montes, que habló en representación de la asamblea interestamental creada con motivo de las elecciones. Montes llamó a recuperar el debate y la participación de los universitarios en la vida de la institución. "La participación requiere información", afirmó, "y no estamos muy contentos". Expresó su preocupación por el futuro del Servei de Publicacions de la universidad. Advirtió del aumento del número de profesores asociados (que en algunos departamentos superan el 40%). Y mostró su apoyo al equipo de gobierno frente a las "presiones que está sufriendo y sufrirá" por parte, sobre todo, de la Generalitat. "La Universitat de València ha de ser un referente crítico en una sociedad donde ese espíritu está casi desaparecido", añadió.
El rector se declaró partidario de la transparencia y de mantener el papel de referente crítico que ha venido ejerciendo la universidad. También subrayó su disposición a aumentar la docencia en valenciano (como le había reclamado otro claustral), y recordó que la Universitat fue el centro que salió mejor parado en el informe sobre normalización lingüística presentado recientemente en colaboración con la Acadèmia Valenciana de la Llengua.
Morcillo y Ferrando repasaron la situación económica de la universidad, que sigue sometida, señalaron, a una gran incertidumbre. A pesar del contexto de crisis, del pequeño recorte en la financiación ordinaria, y de la congelación de los fondos anunciada por el Consell, la institución confía en poder cerrar el ejercicio con un saldo de tesorería positivo o, en el peor de los casos, ligeramente negativo. Aunque ello dependerá, agregaron, de que el Gobierno no apruebe nuevas medidas de ajuste y de que la Generalitat pague todo lo que debe pagar de aquí a final de 2010.
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