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El padre de la niña fallecida conducía borracho e incumplía una orden judicial de alejamiento

La madre de la pequeña, herida en el siniestro, había vuelto con su maltratador

La pequeña Ana Belén, de siete años, encontró la muerte en las carreteras este fin de semana. Su padre, Edgar A. L., conducía ebrio el coche en el que viajaba con ella, con su mujer, María del Carmen L.F., a la que maltrataba, y con el hermano de ésta, Alfonso L. F., que también falleció también a causa del accidente ocurrido en la tarde noche del sábado.

María del Carmen había denunciado a su marido en 2009 y pesaba sobre él una orden judicial de alejamiento. Pero ella ya lo había perdonado. Tras unos meses de alejamiento volvían a estar juntos. El sábado se subieron al coche con la niña y el cuñado. Viajaban desde su localidad de residencia en Larouco (Valdeorras) hasta Ourense.

Los tres adultos se protegieron con los cinturones de seguridad que, sin embargo, no pusieron a la pequeña niña, como tampoco la ampararon con el sistema de protección obligatorio para viajeros en esa franja de edad. La menor era "completamente vulnerable", sostienen fuentes de la Guardia Civil que asistieron al lugar del siniestro. Cuando el coche cayó por un terraplén de 20 metros tras salirse de la vía, la niña, que ocupaba el asiento posterior, salió despedida del vehículo. Murió en el acto.

El padre de la niña fallecida fue detenido a mediodía de ayer y puesto a disposición judicial. El juez le ha imputado dos delitos. Uno de homicidio por imprudencia debido a la muerte de su hija de siete años y otro por el quebrantamiento de la condena por malos tratos que le obligaba a mantenerse alejado de su mujer. No se le pudo imputar un tercero por conducir ebrio ya que, aunque duplicaba la tasa de alcoholemia permitida, no llegaba al límite para ser considerada delito penal. El hombre quedó en libertad y a la espera de juicio.

La muerte de la niña no fue la única. El domingo falleció, como consecuencia de las heridas sufridas en el accidente, el cuñado del detenido. Su mujer se encuentra todavía en estado grave, ingresada en el complejo hospitalario ourensano. Edgar A.L. fue el único que salió ileso.

A las 20.30 horas de la tarde del sábado la pequeña Ana Belén perdió la vida en un accidente de coche. Viajaba con su padre, que iba al volante pese a haber ingerido alcohol hasta duplicar la tasa permitida, y con su madre, quien tras soportar los malos tratos del marido se decidió a denunciarlo en 2009 y consiguió una sentencia condenatoria para él y la orden de alejamiento. Hasta que decidió abrirle de nuevo las puertas de su casa y de su vida. En el viaje fatal los acompañaba un hermano de María del Carmen que también encontró la muerte.

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Los tres adultos llevaban el cinturón de seguridad. A la niña la dejaron desprotegida. El conductor fue el único ocupante que resultó ileso. Salió del coche por su propio pie. Tanto su mujer como su cuñado tuvieron que ser excarcelados por los bomberos y trasladados en helicóptero al hospital.

Mientras el domingo fallecía el tío de la pequeña y la madre permanecía ingresada en el área de reanimación del hospital en estado todavía grave, Edgar A.L. era detenido y trasladado a la comisaría de policía por quebrantar la orden de alejamiento de su mujer.

La Guardia Civil remitió, además, al juzgado de guardia de Ourense el atestado con los detalles del accidente en el que constaba la desprotección de la menor por si el juez decidía, como hizo, imputarle un presunto delito de homicidio por imprudencia por la muerte de su hija.

Edgar A. L. será juzgado por ambos delitos, pero no por conducir borracho. Aunque dio positivo en el test de alcoholemia que se le practicó tras el accidente (tenía 0,50 miligramos por litro de aire espirado, cuando la máxima permitida es de 0,25) no supera el límite considerado como delito penal. En este caso la ingesta de alcohol se valora como falta.

El accidente se produjo en el kilómetro 222 de la Autovía Rías Baixas (A-52), en el término de San Cibrao das Viñas cuando la familia estaba llegando ya a su destino. La Guardia Civil confirma que el vehículo no superaba el límite de velocidad permitido.

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