Barenboim ensalza el flamenco por su proyección
El director argentino-israelí Daniel Barenboim, que participa estos días en la recta final del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, ensalzó ayer el flamenco por haber demostrado, con su reconocimiento mundial, que "no es humano ni moral hacer categorías por pueblos o grupos" minoritarios. Barenboim, que dirigió ayer la Staatskapelle Berlín, suscribió su respaldo a la candidatura del flamenco para Patrimonio Inmaterial de la Unesco en un expositor ubicado en el Palacio de Carlos V junto al consejero de Cultura, Paulino Plata.
El músico subrayó el hecho de que manifestaciones culturales de influencia árabe o gitana sean aceptadas como algo de "interés universal" y se refirió en particular al flamenco como "expresión del dolor de un pueblo" que fue considerado minoritario.
Barenboim habló del conflicto israelí-palestino y dijo que está "peor que nunca" por la falta de diálogo y la situación ha llegado a un punto que no entiende "ni moral ni estratégicamente".
Para el músico, la "mejor noticia" sería el día en que su Orquesta West-Eastern Divan -que integra a jóvenes músicos árabes e israelíes- "no fuera más necesaria" y el proyecto hubiera sido simplemente "un producto cultural y humano de todos los países de la región".
"Sin guerras, terrorismo, atentados y territorios ocupados no habría necesidad de un proyecto como el Diván", que surgió, recordó, precisamente por la difícil situación del conflicto.
Barenboim rememoró su primer concierto: el que dio el 19 de agosto de 1950 en Buenos Aires y en el que ofreció hasta siete bises, algo que ahora, dijo, no sabe si se atrevería.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.