Un grupo de vecinos protesta a Barberá en Patraix
En bronca acabó la visita ayer de la alcaldesa de Valencia al barrio de Patraix. Barberá, arropada por varios de sus concejales, asesores y simpatizantes, inauguraba las obras de urbanización del PAI de Patraix -ejecutado por la empresa Pavasal- y tras ser increpada por un grupo de vecinos, acabó el acto con un mitin contra los socialistas, a los que acusó de estar detrás de estas protestas para reventar sus actos oficiales. Los vecinos movilizados, poco numerosos, le echaron en cara su pasividad ante las molestias que provoca el hospital privado Virgen del Consuelo y ante la falta de dotaciones escolares y de salud en el barrio.
Barberá creyó ver, sin embargo, una conspiración. "Nos lo habían avisado, sabemos quiénes han venido... Todo está absolutamente organizado para reventar cada acto que yo haga en la calle", denunció la regidora.
La alcaldesa acusa al PSPV de orquestar la protesta y Alborch le afea su intolerancia
Mientras Barberá desgranaba bajo la carpa instalada ex profeso para el acto las bondades del PAI, las críticas de los vecinos arreciaron. "Mentirosa" le dijeron a cada nuevo dato que proporcionaba del PAI de Patraix. "Es el nuevo Patraix, el Patraix verde...", se explayó Barberá al aludir a los 100.000 metros cuadrados de zona verde proyectados. Para la Asociación vecinal de Patraix, este PAI ha arrasado el último tramo de huerta al barrio.
"Es increíble. No entiendo que traer 32 millones de inversión al barrio sea motivo de protesta", apostilló la regidora que elevó el tono de voz convirtiendo el discurso de inauguración en un auténtico mitin: "La izquierda no quiere inversiones, quiere ver a Valencia estancada y no lo vamos a consentir...".
Fuera, a pleno sol, y con agentes de la policía local que impedían que los vecinos críticos se acercaran a la carpa, estos le preguntaron a voz en grito por el instituto de secundaria pendiente desde hace una década. Sobre la parcela donde está previsto se yergue hace casi tres años un cartel que anuncia su construcción. Y una cosa llevó a la otra. "¿Dónde está Ripoll?" "¿Y las basuras de Ripoll?", le espetó otro de los vecinos de la protesta.
No fueron los únicos en increpar. Otro grupo intentó acallar al grito de "¡Rita!, ¡Rita!" las críticas. "¡Che, calla ya, collons!" o "¡Ves a pitar a tu casa!, replicaron los defensores de la regidora.
Antoni Pla, portavoz de la Asociación de Vecinos de Patraix, presente en el acto, lamentó la reacción de la alcaldesa, que raya el autoritarismo, y pidió que se comportara como tal, "con los que le han votado y con los que no". Pla defendió las movilizaciones y, por si acaso, precisó que son lícitas para las asociaciones vecinales o los partidos políticos en cualquier democracia.
Los socialistas reaccionaron por alusiones. Carmen Alborch, portavoz socialista en Valencia, devolvió la pelota al tejado de Barberá: "La alcaldesa es incapaz de soportar la crítica ciudadana y por eso la considera orquestada por los socialistas", afirmó.
Varios vecinos de los que participaron en la protesta fueron identificados, acabado el acto, por la policía local cuando regresaban a sus casas. E incluso tomaron nota de los datos de uno de ellos. Al Consistorio no le constaba anoche esta actuación.
El PAI, urbanizado por Pavasal, se llevará a cabo sobre más de medio millón de metros cuadrados, de los que 100.000 serán zonas verdes. Está prevista la construcción de 3.800 viviendas, de las que 1.123 serán protegidas.
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