Foster renuncia a la pompa

No faltará quien acuse a lord Norman Foster de haber elegido los barcos antes que la honra, aunque en realidad el famoso arquitecto británico se ha limitado a prescindir de la pompa. Foster es uno de los cuatro lores y una lady que han renunciado a seguir formando parte de la Cámara alta de Reino Unido para poder así seguir pagando sus impuestos en el extranjero. Aunque han perdido su escaño entre los pares, seguirán manteniendo el título y el tratamiento de lord.

La forzada renuncia es consecuencia de una ley introducida por el anterior Gobierno laborista, que exige que todos los miembros del Parlamento sean residentes fiscales en Reino Unido. En la medianoche de ayer acabó el plazo de tres meses que la ley otorgaba a sus señorías para decidir entre la política y el dinero. La ley tenía como objetivo político un conocido donante conservador, lord Ashcroft, que en el momento de aceptar su título se comprometió a residir en Reino Unido, pero que siguió pagando impuestos en Belice y al mismo tiempo donando generosísimas sumas de dinero a los tories para mejorar sus expectativas electorales en las circunscripciones más reñidas. Ashcroft confirmó poco antes de las elecciones de mayo pasado su condición de no residente fiscal y su propósito de empezar a pagar impuestos en Reino Unido, y sigue en la Cámara de los Lores.

La ley británica permite, bajo ciertas condiciones, ser residente británico pero pagar en otros países los ingresos obtenidos en el extranjero. Sin embargo, la ley introducida por los laboristas prescinde de los legalismos fiscales y va al corazón del debate político al ligar el reempeño del cargo parlamentario con el pago de impuestos. Ante esa disyuntiva han renunciado a la Cámara de los Lores, además de Foster, la independiente baronesa Duna y los conservadores lord Bagri, lord Laidlaw y el barón McAlpine.

Norman Foster, casado con la española Elena Ochoa, recibió el título de barón de Thames Bank en 1999 y no estaba adscrito a ningún partido político en la Cámara de los Lores. Aunque su compañía, Foster & Partners, nunca ha querido aclarar su situación fiscal, los Foster viven en Saint-Moritz (Suiza), donde en 2007 le compraron un castillo de 1720 al industrial alemán Charles Grohe. Allí viven desde finales de 2008. Apasionado de la aviación, le gusta pilotar su propio avión privado cuando vuela de casa al trabajo, en sus oficinas londinenses.