El solar del 'Recre' sigue hueco
La parcela del antiguo Colombino saldrá otra vez a concurso por falta de pago
En pleno centro de Huelva, en la avenida Federico Molina, entre cafeterías antiguas, comercios tradicionales, sedes de cajas de ahorros y terrazas llenas de gente, aparece de pronto un inmenso solar de 21.600 metros cuadrados. Es el resultado del derribo, hace ya ocho años, del antiguo estadio de fútbol del Recreativo, el antiguo Colombino.
Desde entonces, el interrogante sobre el futuro del terreno sigue en el aire, amenazado por la crisis económica y por la incapacidad de pago de los 104 comerciantes -la Sociedad Promotora de Comercio y Ocio de Isla Chica, SL-, a los que el Ayuntamiento onubense adjudicó, en 2008, los terrenos por un importe de 15.853.320 euros.
Una cifra que no han podido abonar a pesar de las sucesivas prórrogas. Sólo aportaron, de momento, 317.000 euros en forma de fianza.
Los comerciantes solo han abonado una pequeña parte de la adjudicación
El Ayuntamiento bajará el precio de licitación en una nueva subasta
Mientras tanto, la barriada de Isla Chica, una de las más populosas de la ciudad (28.000 habitantes), espera paciente la construcción del prometido centro de ocio repleto de tiendas, pubs, cines y restaurantes.
El Ayuntamiento de Huelva decidió atajar el problema la semana pasada. El concejal de Urbanismo y primer teniente de alcalde, Francisco Moro (Partido Popular), anunció que el solar saldría a concurso el próximo mes. La noticia asustó a los empresarios, seguros hasta entonces de que el proyecto era suyo. Al día siguiente, miércoles, se reunieron con el concejal y las aguas volvieron a su cauce. La parcela saldrá a concurso de nuevo, sí, pero los pequeños comerciantes tendrán prioridad absoluta.
A eso se comprometió el Consistorio. "Hemos recibido una inyección de moral", apuntó tras la reunión Juan Carlos Vizcaíno, presidente de la agrupación. El precio del terreno, además, se ajustará a la nueva coyuntura económica, es decir, bajará bastante, algo que también beneficia a la sociedad.
La Agrupación de Empresarios de Comercio de Isla Chica está constituida por más de un centenar de empresas asociadas que declaran haber luchado desde sus inicios por un objetivo clave: realizar acciones empresariales encaminadas a fomentar y defender al pequeño y mediano comercio del barrio de Isla Chica frente a las grandes superficies, sin olvidar los valores urbanísticos y culturales de un barrio tan emblemático.
El Ayuntamiento de Huelva estuvo de acuerdo desde el principio. El apoyo fue absoluto en la cruzada del pequeño empresario tradicional contra las grandes superficies comerciales, una especie de David contra Goliat del negocio.
El presidente de la sociedad, Vizcaíno, celebró tras la reunión la confianza que el equipo de gobierno municipal sigue mostrando en su proyecto. Los pequeños comerciantes firmaron un escrito de renuncia a los terrenos, conscientes de que ellos serán los primeros en optar al nuevo concurso, eso sí, con la incorporación -si todos están de acuerdo- de más socios.
Además, al resolverse de mutuo acuerdo la adjudicación de los terrenos, los comerciantes de la ciudad no perderán la fianza entregada por un total de 317.000 euros. En el plazo de un mes se volverá a sacar a licitación la parcela. "Su proyecto es la mejor solución no sólo para el barrio sino para toda la ciudad", sostuvo el responsable de Urbanismo.
Juan Carlos Vizcaíno, por su parte, destacó que en ningún momento perdieron la ilusión por el proyecto y manifestó que el hecho de que se baje el precio del suelo en la licitación, adaptándolo a lo que marca actualmente el mercado, les facilitará la consecución del reto que se han marcado.
La dificultad para obtener la financiación del proyecto, aseguró, ha sido para ellos el gran obstáculo. Casi insalvable.
Los vecinos, por su parte, se declaran un tanto hartos de la situación. La barriada, en un principio, se mostraba pletórica. Los vecinos acudieron a aplaudir al alcalde, el popular Pedro Rodríguez, cuando colocó la primera piedra del proyecto, en 2008. Pero a la primera piedra no le siguió la segunda, ni la tercera, ni nada.
Ahora son ellos los que sufren las consecuencias, los que deben saltar las zanjas de los alrededores de la parcela, cuidarse de no tropezar con los desniveles y observar durante años cómo sigue abandonada la parcela de tierra que durante 50 años albergó a los miles de aficionados del Recreativo de Huelva, que se acercaban andando al estadio desde todos los puntos de la ciudad.
El centro de ocio La Isla, como iba a llamarse -y quizás se llame en un futuro- incluía bares, cafeterías, restaurantes, cines, además de mercerías, zapaterías, agencias de viajes, pastelerías, panaderías, farmacias, joyerías... Para algunos, una gran inyección de energía en el corazón de Huelva; para otros, un castillo de naipes que sólo cuenta con una piedra.
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