Ecologistas en Acción identifica once puntos negros en la costa valenciana

El formidable crecimiento urbanístico de los últimos años no ha salido gratis. Ha tenido un alto impacto para las costas, las playas, los humedales, las aguas e incluso para algún barrio valenciano, según Ecologistas en Acción, que ha identificado 11 puntos especialmente preocupantes. Desde el marjal de Oropesa, al norte, hasta las Lagunas de la Mata y Torrevieja, al sur. Los puertos de Sagunto y Valencia. El parque natural de L'Albufera, y el de la Serra Gelada, en Benidorm, donde una salida de agua al mar se ha ganado, tras 25 años de vertido de residuos, el deshonroso nombre de Cascada de la merda.

El informe de la organización ecologista abarca toda la costa española y activa varias alarmas. Una de ellas: "El País Valenciano cuenta con la costa más erosionada de la Península Ibérica y del Estado Español. El 14% de su costa se encuentra en erosión, según datos oficiales. Esta situación es debida a la ocupación del frente litoral, que destruye a morfología de la costa y hace de trampa sedimentaria".

Los puertos rompen las corrientes y hacen de trampa sedimentaria

En la comunidad autónoma están dos de los 10 proyectos más peligrosos

Los nuevos puertos rompen el dinamismo de las corrientes e impiden la circulación de los sedimentos. Las administraciones combaten uno de sus efectos, la desaparición de la arena de las playas afectadas, empleando un proceso de regeneración que Ecologistas en Acción considera equivocado: aportes regulares de arena y construcción de diques de contención. "El gasto de dinero público es enorme. Dinero que se pierde en el mar año tras año en beneficio de las empresas adjudicatarias", afirma el estudio Caos en la costa. Banderas negras 2010, que cita las playas de La Almadraba y Deveses (Dénia), El Campello y El Postiguet (Alicante).

Oropesa del Mar y Cabanes, de un lado, y el barrio de El Cabanyal en Valencia, del otro, entran el top ten español del "urbanismo depredador". Los dos municipios del norte, por el macroproyecto de Marina d'Or-Golf, autorizado hace poco por la Generalitat, que prevé construir 33.000 viviendas, tres campos de golf y varios hoteles sobre 18 millones de metros cuadrados. Ello, advierte la asociación, agravará las alteraciones que ya padecen el marjal (desecación), las playas, la montaña y los acantilados de las poblaciones.

El barrio marítimo de Valencia, por la ampliación de la avenida de Blasco Ibáñez que pretende el Ayuntamiento, declarada acto de expolio del patrimonio histórico por el Ministerio de Cultura. "El valor patrimonial y urbanístico de El Cabanyal radica en su morfología urbana y particularmente, en su parcelario, estructura, viario y tejidos", afirma el informe.

El territorio alberga también dos de los 10 proyectos españoles que, de ejecutarse, "pueden acarrear un mayor impacto sobre la costa". Son los que amenazan al Marjal d'Almenara -con el PAI Xilxes Golf Resort, el plan general de La Llosa, y el PAI de Mansegar en Quartell-, zona declarada Lugar de Interés Comunitario, en la Plana Baixa; y al Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja, en La Vega Baja, por la construcción de casas en su perímetro de protección. Urbanizaciones como La Hoya, en Torrevieja, que construirá 7.490 viviendas sobre 1,8 millones de metros cuadrados.

La comunidad autónoma está bien representada en el apartado de vertidos orgánicos y deficiente depuración del agua. Ahí está el Parque Natural de L'Albufera de Valencia ("que pese a contar con el máximo nivel de protección se ve sometido de manera regular a vertidos incontrolados de aguas fecales y pluviales de municipios próximos"). Y el Parque Natural de Serra Gelada, desde donde se vierten al mar aguas residuales por la cascada antes descrita.

Ecologistas en Acción alerta también contra el parque industrial de Sagunto (que acumula industrias pesadas junto al Marjal del Moro), y contra el circuito de F-1 pegado a la playa de Valencia: "Durante la construcción quedaron excluidas la licencia ambiental y la autorización ambiental integrada". Y durante las carreras se exime a la zona de cumplir los niveles de ruido, generando "gran contaminación acústica y ambiental".