"La fusión nos va a obligar a sufrir y a trabajar mucho"
Para él, las vacaciones significan poder quitarse la corbata cuando va al despacho. José García Costas (Vigo, 1944) lleva metido en talleres desde que comenzó a trabajar, a los 12 años. Vicepresidente de Barreras, posee el 40% de Cardama y preside un enjambre de auxiliares (Emenasa, Mecanasa, Valiño, Fundivisa, Progener, entre otras) que ahora pasan el calvario de la crisis de Factoría Naval. Consejero de Caixanova, acaba de ser reelegido para un tercer mandato en la Cámara de Comercio de Vigo.
Pregunta. ¿Cómo juzga la gestión de la Xunta en materia económica?
Respuesta. Estamos en un momento terriblemente duro. Creo que el presidente es un buen gestor, que su único objetivo es sacar a Galicia de la situación que causas ajenas nos han metido. Sobre la fusión, he tenido alguna discrepancia con él en la forma, pero no en el fondo. Con el conselleiro tenemos la ventaja de saber que al frente de Economía e Industria hay un empresario, me atrevería a decir que poco político, capaz de entender cualquier planteamiento del tejido empresarial.
"Factoría Naval ha entrado en una dinámica muy peligrosa"
P. Usted peleó desde el principio contra la fusión de las cajas.
R. El tiempo ha cambiado las cosas. Ahora mismo una caja de tamaño medio como Caixanova tendría muchísimas dificultades para caminar sola.
P. ¿Y eso no lo sabía hace nueve meses?
R. Lo que pasó desde que empezó esta historia hasta hoy... El Banco de España está legislando constantemente, está siendo muy exigente, ejerciendo su tutela de manera minuciosa, no deja pasar ni una. Ahora mismo, todo aquello que todos decíamos, de que se nos dejase seguir caminando solos, que la opción más viable era un SIP y que no queríamos pedir nada al fondo de rescate... todo eso hoy ha quedado desfasado. La propia economía española ha sufrido una alteración a la baja que todavía no ha terminado. Lo peor para el sistema financiero está por llegar.
P. ¿Cree que fue un acierto político forzar la fusión entre cajas gallegas?
R. Cuando el presidente tomó esa decisión lo hizo pensando en lo mejor para Galicia.
P. El proyecto de integración establece una pérdida de negocio de 16.800 millones para hacer la nueva caja viable.
R. El problema de la fusión es durísimo. Nos va a obligar en los próximos años a trabajar mucho y a sufrir desalientos en muchos momentos. Los números están hechos. Ahora hay que ponerlos en práctica. Y todo va a tener mucho que ver con la marcha de la economía. Si los próximos tres años la economía se comporta como los tres anteriores, llegaremos mal. Hay muchas cifras que los periódicos no utilizáis en titulares y que son vitales para que la fusión tenga un final aceptable.
P. ¿Cuáles?
R. Las de la obra social. Tenemos que analizar su futuro. Ahora mismo no se mueve nada en Galicia que no esté promocionado, ayudado por las dos cajas. En previsión de unos beneficios bajos para 2011, la cifra que se asigna, de 50 millones, no es la proporción sobre los beneficios estimados. Es un mínimo para no causar demasiados dramas en Galicia. Me preocupa.
P. ¿Y vender cartera industrial no va a causar otros dramas?
R. Para vender hay que tener un comprador, el momento no es el más adecuado. Estamos en recesión, con dificultades para conseguir créditos. La ley de la oferta y la demanda es la que manda. Además, hay que vender oficinas, prejubilar a una parte de la plantilla... es un tema muy complejo donde se pueden romper las previsiones económicas de confluencia.
P. ¿Qué va a pasar ahora en Factoría Naval?
R. El astillero ha entrado en una dinámica terriblemente peligrosa con la puesta en marcha del proceso concursal. Las posibles soluciones son diametralmente opuestas a la perspectiva que teníamos hace una semana y media. Espero que seamos capaces de reconducir ese tema, pero está mucho más complicado y peligroso. Y no sólo los cobros de los créditos, sino la continuidad del astillero.
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