Caixanova controlará áreas clave de gestión en la entidad fusionada

Una hora y media en Caixanova y poco más de dos en Caixa Galicia. En ese tiempo los consejeros de las dos cajas despacharon el protocolo y el plan de integración que regirá los destinos de la caja fusionada durante los primeros tres años de unión. La aprobación contó con dos negativas, la de los dos consejeros de Comisiones. Uno de ello dimitió del máximo órgano de gobierno de Caixa Galicia para mostrar su disgusto porque no se ha abierto la mesa laboral. En Caixanova, Miguel Argones (del sindicato CSICA), se abstuvo como mayor gesto de disconformidad. Ninguno de los presentes recibieron más información en papel o en cualquier otro soporte que la comunicada por los respectivos directores generales.

En el cuadro de mando efectivo las áreas más sensibles del negocio estarán en manos de ejecutivos de Caixanova. Bajo la primera línea de dirección (con José Luis Pego, de Caixanova, y Javier García Paredes, de Caixa Galicia, como adjunto) se forma un comité de integración compuesto por un ejecutivo de cada caja: Óscar Rodríguez Estrada, mano derecha de Julio Gayoso, y Ramón Seoane. De ellos dependerá la obra social, el patrimonio, la intervención, el control del gasto y el servicio de estudios. También bajo esa línea estará el ejecutivo Enrique Tellado (Caixa Galicia) que se hará cargo del área estratégica.

En la base de este árbol que determina las responsabilidades de cada uno se establecen siete divisiones de negocio: en manos de directivos de Caixanova quedan planificación y control (con Domingo González Mera), la red comercial (llevará las riendas Juan Díaz, mano derecha del director y que ya ocupó este mismo puesto en Caixanova), y Gregorio Gorriarán, que se encargará de la difícil tarea de gestionar el grupo inmobiliario asumiendo el importante patrimonio del ladrillo que mantiene Caixa Galicia. Otra de las ejecutivas de la caja de Vigo, María Victoria Vázquez, será la responsable del área de finanzas con la dirección de la corporación industrialDe ella dependerán las empresas participadas y la decisión sobre las inversiones. María Victoria Sacristán, única mujer en el primer nivel de dirección de la caja fusionada, fue la responsable de algunas de las decisiones estratégicas que Caixanova tomó en los últimos años, como la venta de R, la compra de Itínere o la inversión y posterior desinversión en Unión Fenosa. Caixa Galicia aportará directores en áreas como tecnología y operaciones (que llevará la informática), con José M. Valiño y medios de pago, responsabilidad que recae en José Venegas. Una pieza clave procedente de la caja que dirige José Luis Méndez será Francisco Zamorano al frente del control de riesgos. Zamorano, inspector del Banco de España en excedencia que actualmente desempeña una responsabilidad similar en Caixa Galicia, ha sido durante los dos últimos años el hombre fuerte de la política crediticia de la entidad, asumiendoen la práctica gestión diaria de Caixa Galicia junto a Javier García de Paredes.

Quien no será directivo es el hasta ahora primer ejecutivo de Caixa Galicia, José Luis Méndez, que abandonará en septiembre sus cargos ejecutivos en la entidad, cuando cumpla los 65 años. Lo hará antes de que se celebren las asambleas que darán el visto bueno a la fusión. El presidente de Caixa Galicia, Mauro Varela, comunicó ayer al consejo de administración cuál será su destino: Méndez se prejubilará, renunciando a cualquier tipo de indemnización en función del cargo que ha venido desempeñando durante los últimos treinta años.

De hecho, y aunque el presidente empleó el término jubilación para definir el destino del director general, el propio Méndez matizó que será una prejubilación, según fuentes del consejo de Caixa Galicia. Mauro Varela no entró en más detalles y dio cuenta de un equipo, el de la nueva caja, que será paritario y tendrá como hombre fuerte a José Luis Pego, actual director general de Caixanova.

Caixa Galicia todavía no ha aclarado quien será el copresidente, que le corresponde a la entidad del norte en segundo turno de la caja única, una vez que consuma su plazo Julio Gayoso. En medios financieros no se descarta que el propio Méndez opte al puesto. Para ello, una vez que abandone sus cargos ejecutivos, debería entrar en el consejo de administración de Caixa Galicia antes de que se celebre la asamblea que apruebe la fusión.

El Banco de España ha dado su visto buena a las cifras que ambas cajas le presentaron hace dos semanas y que ayer se ratificaron. Sólo hay sensibles matices en la previsión de beneficios, que variará según el dinero que la caja única deba devolver al FROB hasta completar la cantidad de 1.162 millones con intereses. No hay más detalles sobre cómo se llevarán a cabo las desinversiones ni la venta de oficinas. Se esperará "al momento más oportuno del mercado", según fuentes de Caixanova.