Un partido y mucho más en juego

Una absurda ola de pesimismo parece haberse instalado en la periferia de la selección española. El fútbol en sí ha dejado paso al debate sobre las alineaciones y a los incendios que algunos que intentan atizar desde las ondas extranjeras. Chocante: esta vez, en contra de lo que ocurría antaño, los truenos no los propicia un seleccionador que alivia sus angustias con enemigos imaginarios entre los periodistas. En esta ocasión, la convivencia ha sido conciliadora, un ejercicio de naturalidad. Lo mismo ha dado. Dos semanas han bastado para que se haya vuelto a rescatar el viejo pesimismo español, cuando el equipo nada ha hecho que le merezca una consideración menor a la de su rival de hoy, Portugal. Más allá del resultado final de la ruleta, el equipo de Vicente del Bosque hace tiempo que se ganó el crédito suficiente para la esperanza. Otra cosa es el fútbol, sus circunstancias y los adversarios. De eso nadie está a salvo.

"Cristiano no es una obsesión", afirma Del Bosque, que ve "muy hechos" a los lusos

El técnico espera contar con Alonso y cree que "los minutos le han venido bien" a Torres

Desde el punto de vista estrictamente futbolístico, España se mide a un rival temible, sólido en la defensa y con un diablo en el ataque que cualquier día explotará. "Cristiano Ronaldo no es una obsesión", subrayó ayer Del Bosque. El técnico salmantino definió al equipo de Carlos Queiroz como "muy hecho y trabajado". "En Portugal", enfatizó, "pensaron que se les había acabado el mundo cuando se jubiló la generación de Figo y Rui Costa, pero ahora tienen otra muy potente".

Del Bosque no se mostró especialmente preocupado con su plantilla y, en su tono habitual, educado y lleno de mesura, respondió a todas las sospechas que se han levantado sobre su propia selección. ¿Bajón físico? En su opinión, lo físico "tiene que ver con el manejo del balón", es decir, sin sustento, los futbolistas se agotan antes. ¿El doble pivote? Johan Cruyff lo había puesto en jaque el día antes. "No me parece justo hablar de doble pivote cuando juegan Busquets y Xabi Alonso porque es injusto calificarles de defensivos. El ataque empieza desde atrás y lo hacen muy bien. Además, Alonso no solo empieza, sino que también acaba las jugadas". ¿No perjudican a Xavi? "No; Busquets y Alonso solo ayudan a todos. Son buenos para todos". En Del Bosque nunca hay verdades absolutas. Cada respuesta a una crítica tiene una coletilla: "Bueno, en el fútbol todo es debatible, todas las opiniones son respetables".

En lo anímico, el seleccionador también apuntó que el equipo se encuentra "muy bien". Las dudas tras la derrota ante Suiza se han superado y, según Del Bosque, "el equipo no necesitaba perder para ser humilde". Eso sí, "esta generación no tiene fecha de caducidad y ahora hay que dar un paso adelante y ser ambiciosos".

Para el duelo con Portugal, España espera poder contar con Xabi Alonso, que sufrió un esguince de tobillo ante Chile. En caso de contratiempo de última hora, Javi Martínez o Cesc serían su sustituto. La selección, según Del Bosque, también se beneficiará de los minutos que ha tenido Fernando Torres, "que le han venido muy bien". Con Torres y Villa a la vista, España tiene final. Ahora es preciso recuperar el juego: "Siempre nos hemos sentido a gusto con nuestro estilo, con nuestras ideas, pero es bueno tener alternativas".

En unos octavos de un Mundial y ante una selección como la portuguesa, cuanto mayor sea el abanico, mejor. España debe discutir desde lo futbolístico a partir de su ideario. Con su molde habitual solo debe temer al fútbol y el rival, lo que no es poco. Una derrota sin estilo agitaría las telarañas, viejos fantasmas tan nocivos. Esta generación merece tener recorrido, por lo que ha significado y aún puede significar.