Entre la seguridad y la devoción
El ataque al Gran Poder abre un debate sobre la protección de las imágenes
La noche del pasado 20 de junio un funcionario de prisiones arrancó un brazo en Sevilla a la imagen de Jesús del Gran Poder. El hombre que rompió la talla llegó a afirmar que él es Jesucristo y fue trasladado el pasado 23 de junio al Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva tras ser sometido a un examen psiquiátrico en Sevilla. La imagen volvió al culto el pasado viernes. Como medida de seguridad y a falta de una decisión definitiva, el camarín de la imagen permanecerá cerrado salvo los viernes, en los que estará abierto con un refuerzo de la vigilancia.
El suceso ha dolido a miles de vecinos, ya que la imagen de Jesús del Gran Poder es muy venerada en Sevilla. Además, tiene un enorme valor artístico. La talla es obra de Juan de Mesa (Córdoba, 1583-Sevilla, 1627), uno de los grandes escultores del Barroco.
Los expertos coinciden en la necesidad de aplicar medidas preventivas
"A Cristo no lo puedes meter en una vitrina", afirma un especialista
Esto ha añadido una preocupación. A los devotos del Gran Poder y de las imágenes religiosas en general se unen los amantes del patrimonio artístico para plantear una cuestión: ¿qué se puede hacer para que no se repita un ataque como el del pasado 20 de junio? ¿Se pueden aplicar medidas de seguridad que disuadan a cualquier persona que quiera destrozar una imagen religiosa?
Enrique Valdivieso, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, alertó sobre la necesidad de mayores medidas de seguridad al día siguiente del ataque al Gran Poder. "Lo que se tiene que hacer es vigilar mejor. Nunca falta el loco que pueda echarle ácido sulfúrico en París a La Gioconda. Y por eso La Gioconda se exhibe acorazada", afirma el catedrático de Historia del Arte. De hecho, una turista rusa lanzó una taza de té contra La Gioconda el pasado agosto en el Museo del Louvre. La obra de Leonardo da Vinci no sufrió daño alguno gracias a la mampara antibalas que la resguarda.
Valdivieso recuerda también al "loco que destruyó La Piedad de Miguel Ángel" como un ejemplo nítido de ataque a una obra de arte. En efecto, un perturbado golpeó el rostro de la Virgen con un martillo en 1972 en la Basílica de San Pedro del Vaticano. La Piedad fue restaurada y protegida con una defensa de cristal que separa la obra del espectador.
Los expertos coinciden en la necesidad de aplicar medidas de seguridad. Pero lo difícil es concretar cuáles son las más eficaces. El historiador Antonio Collantes de Terán hace hincapié en que "este tipo de esculturas o imágenes no son solo obras de arte". "Para determinados colectivos son algo más que una obra de arte. Y eso crea un problema porque la sensibilidad religiosa de esas personas y la necesidad que tienen de un contacto físico con la imagen complican la protección. Hay implicaciones religiosas y sociológicas que hacen que la cuestión sea compleja", comenta Collantes de Terán.
"La solución es difícil. A bote pronto es imposible improvisarla. Habrá que reflexionar sobre eso y llegar a una conclusión, que se resume en aislar la imagen o no aislarla. Sobre la marcha no puedo improvisar una opinión fundada", explica el historiador. "Se deben poner todos los medios para defender la imagen del Gran Poder, pero quizás esa defensa debe tener un límite", dice Collantes de Terán.
Juan Fernández Lacomba, pintor y comisario de exposiciones, recalca el enorme valor artístico de la imagen de Juan de Mesa. "El Gran Poder es como Las meninas, de Velázquez. Es como si Las meninas anduvieran por la calle. El Jesús del Gran Poder está hecho para andar. Su función es procesional tanto en el sentido religioso como en el artístico", asevera Fernández Lacomba. El comisario de exposiciones resalta el valor artístico del paso. "No solo es valioso el Gran Poder. El paso data del siglo XVII. El valor del paso es similar al de la imagen. Es un conjunto barroco", comenta el pintor.
"El Gran Poder no solo es una imagen. Es Cristo. Y a Cristo no lo puedes meter en una vitrina. La gente puede tocarlo. ¿Qué se puede hacer? Muchas cosas. Hay estrategias. En la Edad Media había fosos que hacían invulnerables los castillos. Imágenes muy importantes se destruyeron con la Revolución Francesa o con la Reforma luterana. Y se han restituido", concluye Fernández Lacomba.
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