En busca de algo más que surf
Kepa Acero impulsa el proyecto '5 waves, 5 continents' - El objetivo es recorrer cinco de las mejores olas del mundo y su cultura
Kepa Acero creció prácticamente entre tablas de surf. Sus hermanos, Eneko e Iker le inculcaron el deporte desde bien pequeño, con ocho años, "según se les quedaban las tablas pequeñas me iban cayendo a mí, por inercia". Y desde entonces, ahora tiene 30, ha hecho de una afición algo más que una filosofía de vida. Su proyecto 5 waves, 5 continents (5 olas, 5 continentes) le ha empujado a recorrer medio mundo -de momento ya ha pasado por Namibia y ahora está en Indonesia- en busca, cual pionero, de cinco de las mejores rompientes.
Kepa, campeón de Europa sub 18, decidió embarcarse en el proyecto tras escuchar a los hermanos Pou en el BEC de Barakaldo hablar de una iniciativa similar; la escalada de siete de las paredes más significativas del mundo. Además, el periplo tiene ingredientes de viaje iniciático. "He viajado por todo el mundo, pero nuestros viajes sólo duraban 15 días y estaban muy enfocados al surf como deporte. Llegar a un sitio, atracar las olas e irnos. Nunca tenías tiempo de conocer a la gente, la cultura, la naturaleza", señala Kepa.
El recorrido terminará en octubre en Mundaka, a modo de tributo
El surfista viaja completamente solo, con seis tablas y dos cámaras de vídeo
El surfista vizcaíno comenzó su andadura el pasado 16 de mayo y finalizará en octubre en Mundaka, para Kepa la mejor ola del mundo. "Es muy especial, llevo toda mi vida allí y he decidido rendirle un tributo". Entre la primera ola, la New cape san Francis en Namibia y la última le esperan otras tres rompientes; la One palm point en la reserva natural de Panaitan, al oeste de Java, en Indonesia, Gnaraloo en Australia y otra, (todavía no ha decidido cuál), en la Patagonia chilena. Todas tiene una característica común, señala Kepa, además de tener la categoría de olas de clase mundial "están en sitios poco conocidos, o de difícil acceso y no te encuentras gente. La idea es recuperar la esencia de lo que hacían los surfistas en la década de los setenta; ir a los sitios, buscar y la experiencia que eso supone. Una visión del surf no sólo como deporte, sino como estilo de vida", resalta.
Kepa, que financia sus expediciones gracias a sus patrocinadores y con algún ahorro por la crisis, viaja completamente solo, acompañado de seis tablas y dos cámaras de vídeo para registrar la experiencia. Además, relata en un blog (fivewavessurf.com) cada una de sus paradas, visicitudes y amistades que va recogiendo por el camino.
De momento, además de olas, sol y horas de vuelo, a Kepa el viaje no sólo le está sirviendo para descubrir las mejores olas del mundo, también para otras muchas cosas. "El viaje a Namibia ha sido muy intenso. He estado solo en el desierto, parece que tu vida se para y puedes pensar en ti, en lo que haces bien y mal", explica en referencia a una entrada de su blog en la que promete a su tío, hospitalizado, pasar más tiempo con él cuando vuelva. "Es un viaje también hacia tus adentros".
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