'Prescriptores' y rockeros pipiolos
Hola a Todo el Mundo, Band of Skulls y Popopopops destacan entre las bandas noveles del Día de la Música
La primera jornada del Día de la Música -valga la paradoja terminológica: la celebración prosigue esta noche con las actuacines de Standstill y The XX- permitió descubrir ayer en el Circo Price a media docena de bandas emergentes llegadas de toda Europa. Muchas debutaban en Madrid y algunas merecen ser vigiladas con vistas al futuro, aunque puede que la mejor de todas fuera la que teníamos más a mano: Hola a Todo el Mundo, unos madrileños que parecen recién salidos de una comuna hippy y cuyo cantante luce un bigotito clavado al de George Harrison a principios de los años setenta. Ya casi acostumbrados a su nombrecito, que es lo único discutible del sexteto, solo queda dejarse embaucar por ese folk-rock inteligente en el que las guitarras se amigan con violines o carillones.
Algunas de las bandas debutaban en Madrid y merecen ser vigiladas
Puestos a buscar bautismos dudosos, tomen nota de este cuarteto de Rennes: The Popopopops. No sabemos si alguien puede enamorarse de un grupo llamado así, pero su pop bailongo y descarado, ahora que The Drums parten la pana, tiene bastante gracia. Son jovencísimos y espasmódicos, y además su cantante, Víctor Solf, protagonizó el momentazo de la matiné: le preguntó el nombre a un cámara y luego se puso sensual ante el objetivo mientras anunciaba: "Rubén, esta canción es para ti". Lástima que el tal Rubén no pareciera apreciar la distinción; más de uno lo hubiera hecho encantado.
La mañana ofreció trajín y jarana con entrada gratuita, pero la asistencia (3.700 personas hasta la tarde y otras 1.800 más en la sesión nocturna y de pago, con Fanfarlo como plato fuerte) quedó muy por debajo de las 15.000 almas que se asomaron el año pasado por el Matadero. La feria, con todo, estuvo entretenida: había puestecillos de casi todos los festivales indies del año -pero ninguno tan concurrido como el Sonorama burgalés, que ofrecía tinto y chistorra- y eran muchos los que fardaban de gafas polarizadas para ver en 3D el concierto de Bunbury que pasaban en el rincón de Canal +.
La más veterana, Christina Rosenvinge, hubo de lidiar con la modorra del mediodía y la ausencia a última hora de Benjamin Biolay, así que nos quedamos sin ver cómo se atusa la melena cada 15 segundos. Menos público tuvieron los aún más melenudos Band of Skulls, excelentes en su recreación del blues-rock de Led Zeppelin pasado por el tamiz chico-chica de White Stripes. Ahora bien, ¿cómo disgregar grano y paja entre tanto grupo nuevo? Lo debatieron justo enfrente, en La Casa Encendida, en una conferencia sobre Prescriptores en la era Spotify. El coordinador de Spotify en España, Lutz Emmerich, defendió que las listas de reproducción de este invento -ocho millones de canciones para escuchar por Internet- "sustituyen al top 40 de las radios y las casetes que te pasaban los amigos". Iker Seisdedos, de EL PAÍS, matizó: "No se trata solo de escribir sobre música, sino de hacer periodismo sobre música. Y en los blogs no advierto aún ese periodismo de nivel".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
