Kazajistán se calienta

Kazajistán se ha convertido en una de las economías más dinámicas del mundo durante los primeros cinco meses del año. Los últimos datos hechos públicos por el vicepresidente del Gobierno, Erbol Orinbaev, indican que el PIB de la economía más grande de Asia Central ha crecido a un 8,3% en los cinco primeros meses del año, gracias a los elevados precios del crudo durante este mismo periodo y al impulso estatal en planes de desarrollo productivo financiados. Las previsiones del Ejecutivo apuntan a un crecimiento en 2010 del 2,5%, mientras que el FMI eleva esta cifra al 4%.

No obstante, este crecimiento preocupa a sus autoridades. El primer temor viene por el lado de la inflación. Los pronósticos dicen que los precios crecerán entre un 6% y un 8% este año, y las previsiones de organismos internacionales apuestan por un 7% durante los próximos dos cursos. Es por ello que el Ejecutivo ha advertido que si el crecimiento se mantiene en los niveles de los primeros cinco meses, existen riesgos reales de sobrecalentamiento. Y es que cualquier crecimiento del PIB vendría necesariamente ligado a un importante aumento del consumo interno.

Los expertos piden una reforma urgente del sistema financiero

El segundo problema apunta a la lenta reestructuración de su sistema bancario. El derrumbe de sus principales bancos fue uno de los grandes culpables de la crisis económica que afectó a Kazajistán en los dos últimos años, desatando su mayor retroceso económico de la última década. Por ello, los principales analistas han advertido que el desarrollo inmediato de Kazajistán debe necesariamente estar apoyado por una refundación de su sistema financiero, fuertemente atado a los préstamos externos y al endeudamiento internacional.

El FMI ha pedido a Kazajistán que solucione la creciente morosidad que afecta a sus instituciones financieras y que permita a los bancos deshacerse de los activos basura que se mantienen en el sistema. El objetivo es determinar las necesidades de capital existentes para poner en marcha un plan de recapitalización si fuese necesario. Ello deberá ir acompañado del fortalecimiento de la independencia del regulador bancario y del freno a los préstamos en el extranjero, especialmente a corto plazo.

Los analistas coinciden en que el crecimiento por sí solo no garantiza una mejora del sistema bancario. Para ello se necesitará sacar los depósitos de entidades públicas en los bancos y emprender una retirada paulatina de los estímulos estatales para garantizar la liquidez del sistema sin detener la recuperación. Para ello se requiere una cuidadosa planificación presupuestaria. El Banco Mundial acaba de aprobar un préstamo de 1.000 millones de dólares para ayudar al Gobierno a implementar su programa económico.

Este cuadro de reformas se completa con los esfuerzos del Ejecutivo por diversificar la producción industrial y alejarse de su monodependencia a las exportaciones de hidrocarburos, que actualmente representan el 59% de sus envíos. Los fuertes planes de estímulo puestos en marcha hace dos años apuntan precisamente a mejorar la industria y los servicios y a dinamizar planes de inversión privada en grandes proyectos de infraestructuras. Este esfuerzo se complementa con la puesta en marcha de una unión aduanera y de cooperación comercial con Rusia y Bielorrusia a partir del 1 de julio, destinada a multiplicar sus oportunidades comerciales.