De 'oranje' por Sudáfrica
La selección holandesa continúa movilizando a una hinchada tan futbolera como festiva
Johan Cruyff sostiene que el blanco no es un color, sin más especificación, quizá porque como barcelonista le gusta el azulgrana y como holandés se viste de naranja. El oranje es un color imprescindible en cualquier torneo, sobre todo desde la Eurocopa de 1988, cuando los holandeses se pintaron de oranje para levantar una copa que se le debía desde su derrota en el Mundial de 1974 ante Alemania. Holanda, en cualquier caso, nunca necesitó ganar para movilizar a su hinchada.
El oranje ha llegado también al país del arco iris como con anterioridad se había extendido por Suiza y Austria, Portugal o Alemania, por cualquiera de las últimas sedes que han albergado torneos europeos o mundiales, hasta el punto de que a veces da la sensación de que el naranja es uno de los colores oficiales del fútbol. Así, mientras las calles de muchas ciudades del país se pintan de naranja y las empresas se lamentan por el absentismo laboral cada vez que juega Holanda, en Sudáfrica se mueve alrededor de la selección la Oranje Camping Caravana, un carrusel de unos 140 vehículos y centenares de aficionados. Ahora va de camino a Durban, al encuentro contra Japón, escoltada por la policía, a un ritmo de 30 kilómetros por hora.
Figuras aparte, se ha destapado Elia, que destrozó a Dinamarca
La caravana empezó a funcionar en la Eurocopa de Portugal 2004 y su impacto fue tan importante que también se ha trasladado a África. Pero la alegría holandesa no siempre es bien entendida. Muchos comercios suizos cerraron sus puertas en la pasada Eurocopa a su paso por la ciudad. Y en Johanesburgo se ha producido un controvertido incidente cuando dos aficionadas fueron arrestadas y juzgadas el lunes pasado por violar presuntamente las leyes comerciales del país en la que se ha llamado "la guerra de las minifaldas".
Una treintena de holandesas comparecieron en el Soccer City con estrechos vestidos anaranjados y publicitando una marca de cerveza, Bavaria, que tiene el mismo color naranja de la selección, y fueron invitadas a abandonar el estadio. La detención de dos de las mujeres provocó que el Gobierno holandés pidiera explicaciones por entender la medida "desproporcionada".
"Holanda siempre se siente protagonista en la calle y en la cancha", concluye Van Persie, la estrella del equipo mientras se aguarda la reaparición del lesionado Robben, que se adornó en un taconazo en un amistoso previo al Mundial y no regresará, como mínimo, hasta el duelo de los octavos, siempre y cuando se clasifique su selección.
No hay concentración holandesa sin incidentes y precisamente Van Persie ha sido el protagonista del único reproche que ha habido por ahora. El delantero del Arsenal ha anunciado que las posibilidades de éxito del equipo dependen del momento en que se puedan juntar "los cuatro grandes". A saber: Sneijder, Van der Vaart, Robben y, por supuesto, el mismo Van Persie.
A la espera de Robben, y por más que diga Van Persie, el jugador más solicitado es Elia, un delantero del Hamburgo que, cuando salió al campo, destrozó a Dinamarca con su juego profundo. "Tenemos jugadores muy buenos y creativos. Algunas veces hasta podemos parecer arrogantes. Si es así, debería servir para hacernos más fuertes y no para perjudicarnos", concluye Bert van Marwijk, el seleccionador, cuando se le pregunta por el comportamiento de sus figuras, especialistas en generar juego y, por el contrario, poco consistentes y nada defensivos.
Ahora, Holanda recela de Japón, vencedor de Camerún. Aunque le ganó hace poco por 3-0 en un amistoso, los oranje pasaron un mal rato. Los números aseguran, en definitiva, que Holanda lleva 19 partidos sin perder, con 14 victorias, motivo de sobra para que la caravana siga avanzando imparable por Sudáfrica.
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