El Consell pone al límite a la Fira del Llibre y al sector
Para el sector del libro han sonado ya todas las alarmas. Los recortes presupuestarios del Consell, la tardanza en hacer públicas las órdenes de ayudas y, sobre todo, el retraso en los pagos de las subvenciones comprometidas, han puesto al límite a los profesionales implicados e incluso ponen en riesgo la supervivencia del buque insignia de la promoción del libro valenciano, la Fira del Llibre. Hasta el punto que las principales asociaciones del sector, que aglutinan a libreros, editores, ilustradores, distribuidores, bibliotecarios o escritores, lanzaron ayer un comunicado en el que exigen a la Generalitat "la inmediata convocatoria de todas las subvenciones y la recuperación presupuestaria de sus dotaciones".
Mañas critica que el Gobierno "se permitió el lujo" de no firmar el convenio un año
Glòria Mañas, presidenta del Gremi de Llibrers, impulsor del tradicional escaparate que cada primavera puebla de volúmenes los jardines de Viveros, aseguró ayer que, tras 41 ediciones, la celebración de la próxima Fira está en el aire. Y lo justificó en que todavía no se ha convocado la línea de ayudas para celebrar ferias del libro correspondiente a 2010. Es decir, todavía no saben si cobrarán algún dinero para sufragar el certamen celebrado en abril, que les costó 300.000 euros (con un recorte del 25% sobre la Fira de 2009).
Y lo que es peor, como para este año el Consell anunció un recorte del 35% de las líneas del capítulo IV (subvenciones y transferencias de capital) y en marzo una nueva orden obligó a recortar las cifras en otro 30%, se temen que la partida final se quede en menos de la mitad de lo cobrado hace un año (81.000 euros). Con el agravante, de que el Consell aún adeuda al Gremi, colectivo al que le vence en noviembre un crédito por 80.000 euros, unos 50.000 euros por otras partidas. La situación es para Mañas "muy grave", puesto que además de sufragar la feria con la ayuda del año anterior, cobran tarde y mantienen la incertidumbre de si este año llegará dinero. "Se está jugando a que desaparezca la Fira".
Manel Romero, desde la Associació d'Editors del País Valencià, y Miguel Cruz Montalbán, de la Associació Profesional d'Il·lustradors de València, se sumaron a las quejas.
Y desde el Col·legi Oficial de Bibliotecaris i Documentalistes de la Comunitat Valenciana, su presidente, Vicent Giménez, describió un panorama similar. Las bibliotecas valencianas tenían menos libros (1,25 por habitante) que la media española (1,51) en 2008. Y el diferencial de la inversión por habitante se está disparando: si en 2004 el gasto era menos de la mitad (0,58 euros por valenciano ante 1,18 por español), en 2008 la proporción es menor a un tercio (0,68 euros ante 2,23 de media en España). Y el anuncio de recortes, a falta de que se publiquen las órdenes de ayudas, agravará la situación aún más. Giménez aseguró que las cifras "retrotraerán las subvenciones al mundo del libro a condiciones similares a la década de los noventa".
Aunque también el reloj juega en su contra, puesto que la tardanza en sacar las órdenes impide a los bibliotecarios planificar la compra de fondos. Giménez incluso denunció que la orden de subvenciones del año pasado, publicada en julio, solo permitía subvencionar a las bibliotecas las compras de libros anteriores a 30 de junio. "Imposible planificar la adquisición de fondos", resumió.
Y todo eso en un escenario en el que la no equiparación de los fondos del Consell con los del ministerio (hasta 2,2 millones anuales) ha hecho perder entre 2006 y 2010 hasta 9,5 millones de euros. Mañas denunció que "la única" autonomía que no firmó por el importe total fue la Comunidad Valenciana, que además "se ha permitido el lujo de no firmar el convenio un año, en 2007".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.