Una discoteca en el cielo
"Llevo puesto un pequeño tank top, pantalones cortos de deporte naranja y zapatillas. He estado en el gimnasio y todavía no me he duchado", dice desde Nueva York Jake Shears, de 31 años. Es el cantante y líder de Scissor Sisters, grandes responsables de que los artistas pop contemporáneos se aseguren de llevar suficiente laca antes de hacerse una foto o saltar a un escenario.
Jake está en forma. "Soy un poco exhibicionista. Me encanta sentirme sexy. Si empiezo a dejarme crecer el pelo y a ponerme fofo es que no me siento bien y estoy deprimido. Es una señal". No haría falta apreciar los músculos que luce en el videoclip de su sencillo de adelanto, el himno épico con regusto a The Killers Fire with fire, para comprobar que está exultante. Sobre todo con la publicación de Night work, su tercer disco y el primero en cuatro años. Su discurso no puede ser más optimista. "Creo que este disco es el que siempre estuvimos destinados a hacer. Es más nosotros que nunca". Pero antes de la euforia vino la depresión, y es ahí donde hay que buscar el origen de Night work.
"Me sentía domesticado y aburrido por la rutina. Decidí largarme"
Jake Shears, Babydaddy, Del Marquis y Ana Matronic, los cuatro componentes de Scissor Sisters, comenzaron siendo un éxito en los clubs underground de Nueva York. En plena era del electroclash, todas las variables se aliaron para que su primer álbum fuese un extraño éxito planetario en 2003. Ta-dah, su continuación, lejos de ser un fracaso, vendió más de tres millones de copias en Europa, aproximadamente las mismas que su sorprendente debut.
Pero la agotadora gira agobió a un Shears atrapado en la vorágine de tener que grabar otro disco para mantener el nivel de exposición al que su discográfica y su público se había acostumbrado. "Me sentía domesticado y aburrido con la rutina de ir al estudio cada día, con novio formal y un perro. Estábamos haciendo música con la que no me sentía identificado. Me di cuenta de que si no hacía algo drástico inmediatamente habría problemas. Decidí largarme y escandalicé a todo el mundo. Todos mis amigos dijeron que estaba loco, pero mi novio me apoyó mucho".
El destino escogido fue Berlín, donde pasó una temporada de juerga sin horarios ni preocupaciones. "Salía cada día hasta las 10 de la mañana. Fue el primer momento de mi vida en que sentí una libertad total. Estaba solo y era fantástico". La etapa de desfase despreocupado lo trajo a España a menudo. "Voy siempre que puedo a Barcelona y al club Razzmatazz. Me lo paso tan bien allí que he tenido que dejar de ir una temporada por el bien de mi salud. Me ha inspirado mucho al hacer este disco".
Pero noche y sexo no es una buena combinación a la hora de canalizar la inspiración artística. Hizo falta un catalizador entre tanto hedonismo. "En Berlín me hice muy amigo de Neil Tennant, de Pet Shop Boys, que tiene una casa allí. Él fue quien me propuso contar con Stuart Price para producir el disco. Cuando se lo preguntamos a Stuart se excitó tanto que empezamos el disco ese mismo fin de semana". El resultado es consecuente con la historia y sus protagonistas. Un subidón de adrenalina disco, sin rastro de baladas pero menos electrónico de lo que podría esperarse, que desprende un sofocante aroma a baile, sudor y sexo guarro.
EP3. Night work es menos cabaret y más disco que vuestro último álbum. ¿Es una especie de vuelta a la esencia?
Jake Shears. Justo después de terminar la última sesión en el estudio fui con la grabación a casa de Neil Tennant. Y dijo algo que me encantó y con lo que estoy totalmente de acuerdo: "Este es el disco que pensaba que iba a escuchar la primera vez que escuché vuestro primer disco".
EP3. ¿Y si siempre quisisteis hacer esto, por qué sonabais como Elton John?
J. S. Fue porque me desenamoré del disco y me fasciné con el rock clásico. Lo escuchaba todo el tiempo. La música adulta contemporánea era mi pasión. Me fascinaba la composición clásica de canciones pop. A Babydaddy le ocurrió lo mismo. Necesitaba enamorarme de algo antes de hacer el segundo álbum, y esta música resultó ser la salida.
EP3. Stuart Price ha producido a todo el mundo en los últimos cinco años. ¿No te preocupaba que Night work sonara pasado antes de publicarse?
J. S. Por eso no lo habíamos considerado, por ser demasiado obvio. Éramos muy conscientes de ello cuando empezamos a grabar. Creo que este es el momento adecuado, no antes. Es un genio y sabe exactamente lo que sientes en cada momento. Pero no queríamos sonar como un disco de Stuart Price. Nos hemos empujado mutuamente un poco más lejos y hemos explorado nuevos territorios.
EP3. Ahora mismo la escena pop es todo pelucas y purpurina. Pero no era así cuando aparecisteis vosotros, ¿verdad?
J. S. ¡Desde luego que no! Y espero que tengamos algo que ver en la evolución que ha tenido el pop desde entonces. Creo que abrimos la puerta para todo ese glamour. Pero es raro, porque de repente no me interesa. No es que no sigamos pensando en qué ponernos, o cómo hacer una escenografía. Pero será interesante ver cuál va ser la respuesta a todo esto, qué vendrá después. Será un reto ser creativo partiendo de esta base. Creo que todo acabará por ser más maduro. Y por mí vale.
EP3. ¿No sientes como si hubieses estado votando a un partido político toda tu vida y justo cuando logra el poder notas que no te sientes tan identificado después de todo?
J. S. Yo no diría tanto. Siempre es excitante ver cómo todo se vuelve más extravagante. Pero no se puede seguir haciendo lo mismo, ¿sabes? Hemos tenido lo mismo durante diez años. Es hora de mover ficha y cambiar, si no se volverá terriblemente aburrido. La música tiene que ser el centro. Primero tienes que hacer la música y todo lo demás debe venir después.
EP3. Tienes 31 años. ¿Te has marcado un plazo para dejar de ir de fiesta?
J. S. No tengo fecha límite. Me siento más joven ahora que hace cinco años. Muchos de mis amigos son mayores que yo. Uno de ellos tiene 50 años, es extremadamente guapo y divertido y tiene un trabajo increíble. Es un intelectual que sabe divertirse.
EP3. ¿Hay alguna incompatibilidad entre ser intelectual y salir de fiesta?
J. S. Definitivamente no. Pero, por desgracia, no es tan frecuente.
EP3. ¿Te deprimes a menudo?
J. S. No solía deprimirme hasta que empecé a hacer giras. Lleva mucho tiempo recuperarse después de hacer un disco y una gira. Reajustarse y volver a sentirse una persona normal de nuevo. Pero el año pasado, haciendo este disco, fue uno de los mejores años de mi vida.
EP3. ¿Tienes seguidores en Twitter?
J. S. No muchos, pero crecerán. Me encanta Twitter y tengo mi pandilla.
EP3. ¿No te asusta que alguien como yo pueda entrar en Google, teclear tu nombre y encontrar cosas personales que dejaste por escrito hace meses?
J. S. Siempre tengo en cuenta que todo lo que digo puede usarlo un periodista para echármelo en cara sin tener que investigar nada. Así que sólo hablo de mi perro. Bueno, no solo de mi perro, pero de cosas superficiales. Mi vida personal la mantengo bastante en privado.
EP3. ¿Os ha pedido ya Lady Gaga una colaboración? Se lo pide a todo a el mundo.
J. S. No lo ha hecho, pero ha sido muy dulce con nosotros en la prensa.
EP3. Grace Jones no aceptó colaborar con ella porque dice que la copia.
J. S. Lo sé. Yo creo que está muy bien que exista Lady Gaga, y que si la hemos influenciado, mejor. Grace Jones podría estar orgullosa también. La imitación es la mejor muestra de adulación.
EP3. ¿Te das cuenta de lo variada que es vuestra audiencia? En España tenéis a vuestro público gay, pero también tenéis un gran éxito entre el público pijo heterosexual. Un poco como Queen.
J. S. En otros lugares también. Siempre ha sido así. También gustamos a abuelas y a niños. Es raro, porque empezamos con un nicho de audiencia claro y creo que todavía lo tenemos. Es divertido que seamos capaces de llegar al público familiar. Es una prueba de que el público no tiene por qué identificarse con los artistas para poder apreciarlos.
EP3. Has vuelto a escribir para el nuevo disco de Kylie. ¿Está en buena forma?
J. S. Es una mujer muy poderosa, fuerte y con un gran espíritu. Creo que el disco va a ser increíble. Siempre es divertido trabajar con ella. He hecho tantas canciones con Kylie que nunca saldrán a la luz que podríamos haber publicado un álbum entero con ellas
EP3. ¿Te gusta su novio?
J. S. Lo amo. Es adorable. Los dos son mágicos.
EP3. ¿Crees que el Tea Party es divertido?
J. S. ¡No, no es divertido en absoluto! Son unos viejos blancos infelices. Es alarmante, pero no puedo tomármelos en serio y no creo que vayan a llegar demasiado lejos.
EP3. Siempre os ha gustado escandalizar. ¿Qué ocurrió con aquellas controvertidas camisetas que vendisteis en uno de vuestros últimos conciertos en Nueva York?
J. S. De algún modo convencimos a alguien de que hacer una camiseta con un diseño de unas tijeras con las puntas hacia arriba, goteando y con una mano agarrando una de las piernas era una buena idea. Eran bastante asquerosas pero se vendieron todas.
EP3. ¿Qué es lo más excitante que te ha ocurrido últimamente?
J. S. Jane Fonda es una de mis heroínas. Creo que es una de las razones por las que salí del armario, soy tan fan Coincidimos un día y me invitó a participar en un evento con motivo del Día Mundial del Fitness en un estadio enorme de Atlanta. Todos los famosos relacionados con hacer algún tipo de ejercicio estaban allí: Jane Fonda, Richard Simmons, Billy Blanks Querían romper el récord Guiness de cantidad de gente haciendo ejercicio al mismo tiempo en todo el mundo. The Pointer Sisters dieron un concierto. Cada uno tenía que estar 15 minutos haciendo ejercicio en el escenario. Jane hizo el calentamiento y yo estaba en el grupo que la seguía en el escenario. Es una de las cosas más excitantes que me han ocurrido en la vida.
Night work se edita el 28 de junio en Universal.
Pink Floyd, el acierto
Aunque el encuentro nunca se concretó (probablemente ninguna de las partes tuviese mucho interés), la versión que Scissor Sisters hicieron de Comfortably numb fue la chispa que encendió la hoguera. Lo que empezó siendo la cara B de su primer sencillo se transformó en un enorme éxito en los clubes y su primer top 10 en la lista de éxitos británica. Shears declaró en 2004 a la BBC haber recibido noticias del beneplácito de Roger Waters, vocalista de Pink Floyd, por la versión, pero también amenazas "bastante siniestras" por parte de fans del grupo.
Elton John, el maestro
Una de las mayores influencias de Scissor Sisters en su etapa de exploración del pop más adulto de los setenta fue Elton John, al que incluso invitaron a tocar el piano en el gran éxito de su segundo álbum, I don't feel like dancing. A finales de 2006, el semanario The Observer concertó una cita entre Shears y John, fans mutuos declarados, que derivó en una conversación en la que reflexionaban sobre los derechos y deberes de ser un artista declaradamente gay, y en la que se repetía 49 veces la palabra de marras.
Neil Tennant, el amigo
Se conocían desde hace años y habían colaborado juntos en varias ocasiones, pero fue su reencuentro en Berlín el que logró que Jake Shears se centrara para grabar por fin su nuevo álbum. El cantante y letrista de Pet Shop Boys desarrolló el papel de padrino en el apareamiento de Scissor Sisters junto con el productor Stuart Price. Una idea tan manifiestamente obvia que parece mentira que esta colaboración no hubiese tenido lugar con anterioridad, pero por la que Shears parece estar agradecido de corazón.
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