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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

James N. Wood, presidente de la Fundación Getty

El historiador devolvió el prestigio a la pudiente institución

James N. Wood, el hombre que le devolvió la credibilidad a la Fundación Getty tras una serie de escándalos relacionados con el tráfico de antigüedades, falleció el 11 de junio, a los 69 años. La muerte le sorprendió en la sauna de su casa de Los Ángeles, donde un ataque al corazón le quitó la vida en un instante.

El que durante los últimos tres años ejerciera como presidente de la Fundación Getty, supervisando las cuatro ramas de la institución cultural privada con mayor presupuesto del planeta -5.000 millones de dólares anuales para gestionar el J. Paul Getty Museum de Brentwood, la Getty Villa de Malibú y sus diferentes programas de becas y apoyo a artistas- fue definido tras su muerte como "un hombre de mente flexible e imaginativa, abierto a nuevas ideas. Al mismo tiempo, tenía muy claros sus objetivos y no tenía paciencia para tonterías. Era un hombre serio".

Ya jubilado, aceptó dirigir la sociedad, tocada por un escándalo judicial

Así lo recordaba en el diario Los Angeles Times Philippe de Montebello, el recientemente jubilado director del Museo Metropolitan de Nueva York, quien conocía a Wood desde hace 45 años. Habían trabajado juntos a finales de los años sesenta, cuando Wood ejerció como comisario de arte contemporáneo en el museo neoyorquino, y desde entonces siempre fueron amigos.

James N. Wood nació en Boston en 1941. Se licenció en Historia del Arte y se especializó en pintura y escultura contemporánea estadounidense y europea, recibiendo títulos del New York University's School of Fine Arts y del Williams College. Tras ocupar diversos puestos ejecutivos y de comisario en el Metropolitan y en la Galería de Arte Albright-Knox de Buffalo (Estado de Nueva York), Wood se mudó a St. Louis (Misuri) para dirigir en 1975 el Museo de Arte de esa ciudad. Pero en 1980 volvía a cambiar de destino: el Art Instititute de Chicago le ofrecía el puesto de director, un cargo que ocupó durante 24 años y en el que brilló de tal modo que bajo su batuta el centro creció y consolidó la fama que hoy hace de esa institución una de las más importantes de Estados Unidos.

En 2004 decidió jubilarse pero en 2007 dio un nuevo giro a su vida y aceptó la oferta de dirigir la Fundación Getty, después de que el anterior presidente, Barry Munitz, tuviera que dimitir al destaparse un gran escándalo de tráfico de antigüedades que sentó en el banquillo a una de las principales comisarias del Museo Getty, Marion Trust. Fue Wood quien le devolvió la paz y la reputación a una institución que a causa del escándalo se vio obligada a devolver 40 piezas clave de su colección de antigüedades, pero que, superado el mal trago, transformó el problema en oportunidad y firmó un acuerdo con Italia para recibir préstamos de obras de arte hasta entonces inimaginables.

En un encuentro reciente con quien firma estas líneas, Wood, de talante directo y afable, aseguró sentirse orgulloso de que ahora la Fundación Getty sirviera de ejemplo a otras instituciones. "Nunca antes las relaciones con Italia fueron tan cordiales. Creo que hemos abierto brecha. Es más, ahora incluso nos envían obras de ese país para que las restauren nuestros expertos". Se mostró especialmente abierto a las sugerencias de la periodista y los reporteros que la acompañaban para "buscar nuevos caminos que acerquen el museo al público", y particularmente interesado en el mundo de los blogs y en cómo esas nuevas plataformas podrían utilizarse en beneficio propio: "No hay que huir de lo nuevo. Siempre hay que verlo como un paso hacia delante". Su muerte deja doblemente descabezada una institución que actualmente también estaba enfrascada en la búsqueda de un director para su museo.

James N. Wood.
James N. Wood.ASSOCIATED PRESS

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