De Robben a Robin
Holanda espera al mejor Van Persie como mandamás de una delantera temible
Holanda, en sus citas internacionales, siempre confía en el espíritu justiciero de Van Persie. Robin, delantero del Arsenal, nunca ha tenido el estatus de gran estrella del fútbol holandés. En cierto modo, se le considera un emigrante en Londres, habitualmente superado por el impacto de otros futbolistas como Van Nistelrooy (ausente de este Mundial) o, actualmente, Robben.
Pero Holanda siempre confía en la magia de Van Persie, un futbolista educado por la ponderada pedagogía de un francés singular, Arsène Wenger. Tras ser expulsado en un partido frente al Southampton, Wenger se limitó a advertirle. "No me gritó ni me dijo que estaba mal. Simplemente, dijo: 'Si quieres ser un jugador de élite, tienes que cambiar algo'. '¿Qué?, respondí'. 'Descúbrelo tú mismo', respondió. Así que me fui y pensé sobre qué quería hacer en el fútbol. El entrenador fue muy inteligente. Pensó que si me decía lo que tenía que hacer lo olvidaría en una semana mientras que si lo pensaba yo sería para siempre. A partir de ahí, me fijé en los veteranos y soy más profesional".
El nuevo Van Persie comenzó a jugar mejor, a marcar goles, a alternar posiciones en una banda, en la otra, o como delantero centro.
El arte le rodeó desde la cuna. Su madre, pintora, y su padre, escultor. "Pero el fútbol también puede ser arte", dice cuando se refiere a su abandono de la saga familiar. Siempre ha concebido el fútbol como una obra de arte, aunque nunca haya sido el autor estelar de las galerías futbolísticas.
Una lesión en noviembre en un partido amistoso frente a Italia le dañó un tobillo y le apartó de la Premier. Holanda sueña con el descanso disfrutado en este tiempo y la rabia contenida por ser el que ya fue en la Eurocopa. Robben no estará hoy ante Dinamarca y a Van Persie le toca coger la antorcha naranja. Van Marwijk, un seleccionador gris pero sensato, le espera como líder de la selección y sobre todo, como mandamás de una delantera temible.
Mientras Van Persie se redescubre, otro compañero, Van Bronckhorst, Gio, el ex del Barça, cumplirá hoy 100 partidos como internacional, el inicio de su último Mundial, a sus 35 años. Gio podría escribir un libro tras haber sido internacional con siete seleccionadores. Desde Hiddink, con el que debutó, hasta el actual, Van Marwijk, pasando por Rab, Rijkaard, Advocaat y Van Basten. Eso sí, todos holandeses. A la escuela naranja no le faltan ni técnicos ni jugadores. Lo que le falta es un título que corrobore su historial. "Es mi última ocasión", dice Gio.
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