Cuando Madrazo abrió la guerra

No llegaron a las manos, pero estuvieron más cerca que nunca. La reunión del Consejo Político de EB del 21 de mayo pasado marcó un punto de no retorno en una formación ya muy desgastada. "¿Estáis locos o qué?" espetaban los miembros del sector que encabeza el coordinador general, Mikel Arana, a los seguidores de su antecesor, Javier Madrazo. "Nos habéis forzado a esto", respondieron los segundos tras intentar expulsar a nueve miembros del consejo para hacerse con la mayoría del máximo órgano entre asambleas.

Todos sabían que ello equivalía a quemar los puentes y que las medidas aprobadas por unanimidad en febrero caían en saco roto. Tanto que un Juzgado de lo Social de Bilbao decidirá finalmente si dichas expulsiones fueron legales y, en consecuencia, quién manda en EB. "Salí destrozado", recuerda uno de los asistentes a la reunión. "Salí pensando que Javi prefería romper el juguete a dejárnoslo a nosotros", añade. EL PAÍS ha reconstruido cómo se desarrolló el cónclave.

Dos vigilantes protegían a Llamas mientras abría y cerraba la reunión

"Javi prefería romper el juguete a dejárnoslo", se queja un dirigente

"¿Estáis locos o qué?" - "Nos habéis forzado a esto"

Madrazo acusó a nueve miembros del consejo de ser unos tránsfugas

En la anterior cita, Madrazo había sufrido su primera derrota en 15 años en una votación del consejo. Se aprobó un nuevo reglamento de afiliación, crear una comisión para revisar todos los censos -el fichero completo estaba sólo al alcance de los fieles a Madrazo- y pasar el control del cobro de cuotas a un organismo dependiente de IU. El orden del día del 21 de mayo iba aún más lejos: incluía que Madrazo cediese los poderes notariales sobre la formación, que aún conservaba, al coordinador general.

En torno a las seis de la tarde comenzaron a llegar a la sede de EB en Bilbao los miembros del órgano interno y se destapó la jugada. "No estáis acreditados para participar en el consejo", les dijeron representantes del sector de Madrazo a nueve de sus oponentes: Ana Telleria y José Ferreras, junteros vizcaínos; Mariana Aramburu, concejal en Zarautz; Patxi Coira, dirigente guipuzcoano; Iñaki García, edil en Orio; Arantza González, juntera guipuzcoana; Xabier Pombo, concejal de Pasaia; Iker San Roman, asesor en el Parlamento, y Manolo Hernández, responsable alavés de Organización. El sector de Madrazo adujo un documento que todos ellos firmaron tras la asamblea de 2008 en el cual se comprometían a renunciar a su puesto en el consejo si ese sector entendía que ya no confiaba en ellos. Los nueve presienten que el conflicto terminará en los tribunales, así que firman un texto en el que sostienen que fueron forzados a suscribir dicho documento y que no han renunciado.

Ya en la sala de reuniones, Arana explica lo ocurrido. Madrazo, sentado en primera fila, toma entonces la palabra. "Se pueden hablar cosas, pero las destituciones son innegociables. Son unos tránsfugas. Nosotros representamos a la mayoría, porque los críticos están sobrerrepresentados", recalca, según las fuentes consultadas.

Arana convoca entonces una reunión de urgencia de la Presidencia para contrarrestar la maniobra y devolver al consejo a los expulsados. El coordinador general coge el micrófono para anunciarlo cuando la tensión alcanza su punto cumbre. Serafín Llamas, secretario de Finanzas, le interrumpe con un micrófono inálambrico y, protegido por dos vigilantes, da por iniciado el consejo en medio del griterío. "¡Que te calles! !No tienes derecho!", exclamaban sus rivales mientras varios de los presentes forcejaban con los dos guardas para quitarle el micrófono. A Llamas le bastaron dos minutos para dar por empezada y finalizada la reunión, lo que permitía levantar un acta de la misma en que constaba la destitución de los nueve miembros. El acta no fue comunicada al sector de Arana.

Sobre las 19.30, los fieles a Madrazo se van. Quienes siguen (Arana y los suyos, comunistas del EPK y críticos de EPA) retoman la reunión del consejo con 52 de sus 103 miembros, incluyendo a los nueve de la discordia. Los presentes aprueban el orden del día previsto, que incluye nombrar a un encargado de trasladar los datos del censo de afiliados, solicitar a Madrazo que ceda los poderes y lanzar una campaña con propuestas sobre el ajuste.