Los mercados se conceden una tregua

Los inversores se concedieron ayer una pequeña tregua respecto de su visión pesimista de la coyuntura, lo que se tradujo en avances generalizados de la mayoría de los mercados de valores.

Una vez decididas las líneas de ajuste y austeridad que marcarán la evolución de las economías europeas en los próximos años, tan solo resta calcular cuánto va a afectar a los resultados de cada empresa cotizada. Aún es pronto para que las compañías hagan una revisión de sus expectativas contando con la previsible caída del consumo, aunque una vez más, las que han efectuado una diversificación geográfica de su negocio saldrán ganando.

El Ibex 35 abrió esta sesión con una discreta subida que, al igual que el día anterior, pronto se transformó en un descenso del 0,68%. La presión del papel parecía bastante menor en esta ocasión, lo que favoreció algunos tanteos compradores hacia los sectores más castigados, con lo que los valores bancarios volvieron a ser los protagonistas de la jornada.

La apertura de la Bolsa de Nueva York, aunque algo titubeante, consolidó la toma de posiciones en el mercado español, situación a la que no era ajena la mejora en las condiciones del mercado de deuda. El Ibex 35 cerró la sesión en 8.868,70 puntos, con una subida del 2,29%. La recuperación del nivel de los 8.800 puntos aleja por el momento el temor a una caída vertical del índice, aunque todavía hace falta un proceso de consolidación.

En los mercados de deuda se registró un cambio de actitud de los inversores, con compras para el bono español y retiradas de beneficios en el bund alemán. La rentabilidad de la deuda española a 10 años descendió siete "puntos básicos", 0,07 puntos, hasta el 4,63%, mientras que la alemana subió 0,04 puntos, hasta el 2,55%, atenuando con ello la presión de los últimos días, cuando el diferencial entre ambos productos alcanzó los 220 "puntos básicos".

La Bolsa de Nueva York recuperaba el nivel de los 10.000 puntos en medio de una elevada volatilidad, tras las afirmaciones del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, respecto del crecimiento de la economía del país, un crecimiento que será moderado y que, por tanto, no será capaz de crear muchos puestos de trabajo ni de reducir el enorme déficit presupuestario.