Balcón victoriano del Mediterráneo
La zona es un reducto exclusivo para el solaz de obreros y clase media inglesa
No es un barrio propiamente dicho ni tiene tal consideración, pero la conocida como Zona güiri de Benidorm funciona como un mundo aparte en el ritmo de la noche benidormense. Su entramado en cuadrículas descubre que la trama urbana está diseñada en la era moderna. Las nueve manzanas que engloban la avenida del Mediterráneo y las calles de Murcia, Ibiza y Filipinas se constituyen en el principal núcleo de marcha nocturna de la ciudad. Con una particularidad: toda la oferta de ocio está concebida pensando en el mercado británico, principal emisor de turistas hacia la capital valenciana del sector.
El pasado 1 de abril, la aplicación Maps del navegador Google sombreó las nueve zonas de ocio nocturno más relevantes de Benidorm, elevándolas a categoría mundial. A esta la llamó Zona inglesa, aunque la gente y los turistas que visitan Benidorm la conocen más como la Zona güiri, ya desprendida de cualquier sentido peyorativo del término. Esta parte de la ciudad concentra más de 200 locales de ocio entre bares, restaurantes, pubs, karaokes y discotecas, pero, eso sí, sin los restrictivos horarios o condiciones del país de origen de la casi totalidad de sus visitantes. Hay más locales allí que en las otras ocho zonas de marcha de la ciudad juntas.
En pleno verano la zona llega a albergar hasta 15.000 personas
"Tienen de todo: hotel, restaurante, pub y la playa a cien metros"
Sus 220 locales están abiertos las 24 horas durante todo el año
La barriada se concibió a principio de los años ochenta del siglo pasado como una ampliación del polígono de la playa de Levante. Fue construida por la empresa Ferrovial y diseñada por el ingeniero jefe de Urbanismo del Ayuntamiento José Ramón García Antón, después consejero de Urbanismo de la Generalitat. Administrativamente depende del Rincón de Loix. En una extensión que supera la del casco antiguo, solo hay empadronadas 640 personas, según el servicio de estadística del Consistorio. La mayoría de los edificios son apartamentos turísticos o segundas residencias. Y hoteles. Entre los siete que se distribuyen en la zona ofrecen 2.046 habitaciones de dos a cuatro estrellas para dar cabida a más de 4.000 personas, casi siete veces más que los residentes estables. Y algunos hoteles, como el Presidente, ya solo ofrecen la versión en inglés de su web. El director de otro de ellos aborda el éxito de la zona: "Aquí tienen de todo sin necesidad de coger el coche: hotel, restaurantes, bares y pubs y salas de fiesta. Y la playa, a 100 metros".
En plena ebullición veraniega, la Zona güiri de Benidorm concentra unas 15.000 personas repartidas en hoteles y apartamentos. Por allí se puede transitar con los ojos vendados y saber qué hora es. A media mañana, con el trajín playero, las calles huelen a linimento bronceador y la gente se pasea descamisada en bañador o bikini. Superado el mediodía, empieza a oler a fritanga. Es su horario de su comida. A media tarde el olor a cerveza se adueña de la zona. Llega el momento de la hora feliz (happy hour, en inglés) que consiste en que durante una hora pagan una cerveza y se toman dos, de la pinta de cerveza a un euro y los combinados a partir de dos euros. Todo barato, como corresponde al tipo de cliente a quien se dirige la oferta, la clase obrera y media inglesa. Y llega la noche. Las luces de neón se adueñan de las calles, pobladas de gente que va de local en local asediada por decenas de relaciones públicas que intentan captar público. Como Dee, que es inglesa, vive en Xàtiva y los fines de semana trabaja en la puerta de uno de los locales ofreciendo invitaciones.
Desde medianoche, el suelo de los locales es pegajoso debido a los restos de cerveza y la sidra servida del grifo, que a esta zona llega en cubas, no en los barriles de aluminio habituales. Beben tanto los que van disfrazados como quienes se dedican a ver números en la barra del strip-tease, a subir al toro mecánico o mirar la tele.
Todo el año se reproduce la misma dinámica porque todos los visitantes están de vacaciones. Karaoke Disco Live Sports & More (Karaoke, música en directo, deportes y más) y All the family join the fun at Rocky's Pub (Toda la familia unida en la diversión en el Pub Rocky), dos leyendas que resaltan iluminadas a la puerta de sendos locales, resumen lo que es la Zona güiri de Benidorm, abierta 24 horas los 365 días del año.
La meca del ocio
- Superficie y población. La barriada se concibió a principios de los años ochenta del siglo pasado. Incluye nueve manzanas al extremo norte de la Playa de Levante, sobre una superficie de medio kilómetro. Sus edificios son torres de apartamentos de hasta 28 alturas, la máxima permitida en la zona. El enclave cuenta con 640 personas censadas, pero la población flotante puede llegar hasta los 15.000, todos turistas británicos de clase obrera y media.
- Locales. La zona inglesa acumula 220 locales de ocio, todos destinados al turismo británico. En esta parte de la ciudad se concentran más bares y discotecas que en las ocho zonas de copas juntas.
- Horarios. Las discotecas pueden abrir hasta las seis de la madrugada, pero algunas cierran más tarde. Muchos turistas se retiran al alba, justo cuando empieza la jornada de los trabajadores.
- Hoteles. La zona cuenta con siete hoteles que ofrecen 2.046 habitaciones de dos a cuatro estrellas para dar cabida a 4.000 personas, casi siete veces más que los residentes estables.
- Peso del turismo británico. Los visitantes británicos son un filón para los hoteleros de ciudad. En esta época del año, según datos de la patronal hotelera, el 40% de los turistas que recalan en la población son visitantes del Reino Unido.
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