Nubes y claroscuros
Nadal, Verdasco y Almagro llegan a los octavos de final, pero caen Ferrer y Ferrero
La tensión que marcará el día llega anunciada en una conversación. "Es seguro que habrá activistas palestinos protestando entre el público", dice el jefe de seguridad de Roland Garros, reunido al mediodía con sus subordinados, hombres como muros, espaldas como camiones; "tenemos esa información". "En la pista Lenglen juega la francesa Bartoli contra una israelí, Peer. Hay que vigilar", ordena.
Es sábado en París. Bajo las chispas de agua y los aullidos del viento, infernal la tarde, Rafael Nadal llega a los octavos de final tras ganar al australiano Hewitt por 6-3, 6-4 y 6-3; David Ferrer se despide con un 4-6, 0-6 y 6-7 (1) ante el austriaco Melzer, y Fernando Verdasco vence al alemán Kohlschreiber por 2-6, 6-3, 6-3, 6-7 (1) y 6-4 mientras los agentes de seguridad, bien cerquita de la silla del madrileño en la Lenglen, neutralizado ya cualquier problema en la victoria de Peer, oyen cómo el juez de silla advierte al número nueve. "Esa celebración ha sido demasiado", le dice al español de su bancada.
"No cambiar las bolas de un torneo a otro es bueno para el hombro", dice Nadal
Lo que gane a partir de ahora le dará puntos para asaltar el 'número uno'
En los triunfos españoles, en el brillo de Nicolás Almagro (6-3, 6-3 y 6-4 al ucranio Dolgopolov), la pelota. "Si no nos han engañado, por primera vez es la misma con la que hemos jugado toda la gira de tierra", dice Nadal. "Es un avance importante. Lo veníamos pidiendo desde hace mucho tiempo: no cambiar bolas de un torneo a otro porque para el hombro, para todo, es mucho más difícil; es duro".
En las dificultades españolas, caído Juan Carlos Ferrero (5-7, 3-6, 6-3, 6-2 y 4-6 ante el estadounidense Ginepri) y extendido más allá de las cuatro horas Verdasco, que se medirá ahora a Almagro, lo que asegura un español en los cuartos, duros rivales y el clima. Dicen los técnicos, entre ellos el metódico Xavier Budó, que la pelota Dunlop favorece a los tenistas de golpe liftado. Que coge mejor el efecto, bote alto endemoniado. Que a nadie ayuda como a los españoles. Ayer, no.
Ayer una columna de humo surgió de las tripas de París. Las nubes, sin embargo, son aún más oscuras que esa señal nacida del fuego. La humedad es altísima (82%), el frío mordiente (14 grados) y el sol inexistente. En vez de arcilla hay barrizales. La bola se hincha y se vuelve pesada. Cuesta más "moverla". Sufren los españoles. Disfrutan los pegadores planos: Melzer, Ginepri y Kohlschreiber.
"El día no acompañaba", razona Nadal; "en días así siempre hay la posibilidad de que el partido se complique de verdad. La pelota es mucho más pesada. La dejas corta porque no coge el efecto y es más fácil que te ataquen los que pegan plano". Para mover esa bola, los jugadores ajustan la tensión de sus raquetas (25 kilos y medio Nadal, que estuvo a punto de cambiarla). Para moverla trabajan más los pies, para rodear la pelota, que las manos. Y para moverla hace falta el brazo fuerte de Nadal, que jugará contra el brasileño Bellucci sabiendo que se acerca a la meta: a partir de ahora, todo lo que gane suma puntos en la lucha por el número uno.
El día nublado deja a Ferrer "desquiciado": "No me corría la bola". Verdasco arranca quejoso ("¡mucho aire en contra!"), sigue sufriente de las uñas ("era un calvario, tuve que contener las lágrimas") y está parlanchín siempre: "¡Rema por su vida!", le dice a su banquillo. Le reprende el juez de silla recordándole que no está permitido que su entrenador le aconseje. "Es para animarme, no es táctica", contesta; "no tengo entrenador. Mi padre está ahí. Casi está aplaudiéndole más a él que a mí. ¡Imagínate lo contento que estoy!".
Otros resultados de la tercera ronda: Hombres: T. Bellucci (Bra.)-I. Ljubicic (Cro.): 7-6 (4), 6-2 y 6-4. N. Djokovic (Ser.)-V. Hanescu (Rum.): 6-3, 3-6, 6-3 y 6-2. T. Gabashvili (Rus.)-A. Roddick (EE UU): 6-4, 6-4 y 6-2. M. Yuzhny (Rus.)-V. Troicki (Ser.): 2-6, 7-6 (4), 6-2 y 6-3. Mujeres: Y. Shvedova (Kaz.)-A. Kleybanova (Rus.): 6-2, 4-6 y 6-0. D. Hantuchova (Esvq.)-Y. Wickmayer (Bél.): 7-5 y 6-3. N. Petrova (Rus.)-A. Rezai (Fra.): 6-7 (2), 6-4 y 10-8. J. Groth (Aus.)-A. Rodionova (Aus.): 6-3, 5-7 y 6-2. S. Williams (EE UU)-A. Pavlyuchenkova (Rus.): 6-1, 1-6 y 6-2.
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