España se busca y encuentra a Iniesta
El volante del Barça desenreda y agiliza el juego ante una atrevida Arabia Saudí
A Vicente del Bosque le preocupaba la falta de frescura física de sus jugadores y, sobre todo, la falta de ritmo futbolístico. El seleccionador sabe que al fútbol se juega mejor cuanto más continuada es la relación de los integrantes del equipo. Intuía que, después de tanto tiempo sin jugar un partido juntos, les costaría encontrarse alrededor de la pelota. Así fue. España saltó al campo y tardó en reconocerse. No tuvo el toque fluido de otras veces. Se sucedieron los pases imprecisos, los malentendidos, los desplazamientos excesivamente tocados o demasiado flojos y los desmarques a destiempo. Chirriaron los pistones del motor, saltaron algunas chispas, pasó un rato y un gol de Osama hasta que las piezas comenzaron a funcionar armónicamente. El que puso la gotita de grasa fue Iniesta, que llevaba meses sin competir y que ayer, en la hora que le tocó participar, fue el que mejor jugó.
ESPAÑA 3 - ARABIA SAUDÍ 2
España: Casillas; Ramos (Capdevila, m. 60), Piqué, Puyol (Marchena, m. 60), Arbeloa; Busquets; Silva (Pedro, m. 60), Xabi Alonso, Xavi (Javi Martínez, m. 75), Iniesta (Navas, m. 60); y Villa (Llorente, m. 70). No utilizados: Reina y Valdés; Albiol, Cesc, Mata y Torres.
Arabia Saudí: Alí; Shuhail, Hawsawi, Al Mousa, Al Saeed (Khirat, m. 87); Ateef (Ghannam, m. 81), Khariri; Abdoh (Asiri, m. 69), Al Fraidi (Al Sheri, m. 61), Al Numare (Al Rishani, m. 83); y Hazari (Al Sahlawi, m. 81). No utilizados: Al Muaiouf; Dossary, Al-Raheeb, Abass y Abduradyah.
Goles: 0-1. M. 17. Osama. 1-1. M. 31. Villa. 2-1. M. 60. Xabi Alonso. 2-2. M. 74. Al Numare. 3-2. M. 91. Llorente.
Árbitro: Tomas Einwallen (Austria). Amonestó a Al Saeed.
20.000 espectadores en el Tivoli Neu.
Soplaba un viento frío. Las nubes de lluvia bajaban descargando chaparrones por el valle y la tarde era desapacible. Del Bosque dispuso un 4-1-4-1, con Villa como único punta, para potenciar aquello que mejor hace la selección: asociarse en el medio, tener la pelota y llegar con muchos. Pero el equipo no consiguió juntarse, ni dar velocidad al juego. Xabi, Xavi y Busquets no lograron jugar a dos toques. Las imprecisiones acarrearon desajustes defensivos y las líneas se abrieron demasiado. Por ahí entraron los árabes para hacer sufrir a Busquets y los centrales. España necesita el balón para agruparse defensivamente. Cuando lo pierde, sufre. Los árabes no dieron ninguna facilidad. Abdoh, Al Fraidi y Hazari tiraron paredes y aprovecharon el espacio que se abrió entre Busquets y sus centrales. Así, lo que se preveía como un ensayo tranquilo se convirtió en un episodio fatigante. Un cabezazo de Ramos al larguero no intimidó a los enérgicos asiáticos. Hazari respondió con un tiro al exterior de la red. Cinco minutos después, Osama se elevó sin problemas en el área pequeña y cabeceó un córner al fondo de la red. Casillas salió al vacío. Manoteó una sombra antes de girarse y mirar el estropicio.
España recuperó el pulso a medida que se familiarizaban sus jugadores con el balón. En esa fase del partido se vieron los padecimientos de Arbeloa, tan acostumbrado al juego directo del Madrid y ahora obligado a colaborar en la creación. Hay futbolistas que necesitan un periodo de adaptación largo y los hay que tienen suficiente con 15 minutos. Iniesta pertenece a la segunda categoría. Es de los que comprenden las situaciones más difíciles del juego. Ayer no necesitó llegar a tanto cuando bajó a ofrecerse, recibió de Xavi y encaró a Shuhail antes de hacerle un amague, ganar un metro sin esfuerzo aparente y centrar el balón a Villa templadito a la frente para que lo empujara a la red.
"¡Vamos! ¡Vamos!". Los gritos y las palmas de ánimo de Puyol resonaban en todo el estadio. Los jugadores españoles parecían avergonzados de encontrar problemas ante una selección que no irá al Mundial. Una especie de reacción rabiosa acabó metiendo a los saudíes en su área. Pero España no llegó con claridad a posiciones de disparo y solo pudo adelantarse con un tiro de Xabi, que enganchó un rechace al borde del área.
La tranquilidad de España duró poco. Hasta el gol de Alnumare, que empató aprovechando otro error defensivo. Para entonces, el partido se había roto. La entrada de Pedro, Javi Martínez y Navas le puso vértigo. El ingreso de Llorente terminó por redondear el tono épico de algo que cada vez tenía menos cadencia de amistoso y más de carrera contrarreloj. Faltaba un minuto para el final cuando Xabi Alonso botó un córner desde la derecha y Llorente se elevó sobre los centrales para pegar el frentazo. El balón se fue a las mallas y el punta del Athletic abrió los brazos en cruz para abrazarse a todos sus compañeros, que le agradecieron su contribución.
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