Sube la volatilidad y baja el negocio

La Bolsa española vivió ayer una sesión aparentemente tranquila, en la que su principal índice, el Ibex 35, terminó con un avance del 0,97% y en 9.425,50 puntos. Sin embargo, la volatilidad aumentó considerablemente y no dio tregua a los inversores, que tan pronto tomaban como deshacían posiciones.

El resultado de la votación del plan de ajuste para recortar el gasto en 15.000 millones de euros, exigido por la UE y los mercados, acaparó los comentarios de los inversores, muchos de los cuales no entendían la ausencia de un acuerdo más amplio entre los grupos políticos.

La posibilidad de cumplir el plan de ajuste ya es un paso en la dirección deseada por los mercados, aunque no por ello la deuda española se ha librado de una rebaja en la calificación de riesgo por parte de la agencia Fitch, que considera que la recuperación será más lenta y larga en España.

Los valores financieros siguieron siendo el centro de atención de los inversores, grandes y pequeños, y tuvieron un protagonismo destacado en el aumento de la volatilidad de la jornada. El Ibex 35 tocó los niveles mínimos del día poco después de abrir la sesión, para pasar inmediatamente después a ganar el 1,68%. Los altibajos se sucedieron desde ese momento, al alcanzar algunos valores con mucha facilidad niveles considerados de sobrecompra o de sobreventa, situación que apuraba mucho los márgenes de actuación y que indicaba el elevado grado de nerviosismo de los inversores.

Desde Estados Unidos llegaban datos algo confusos sobre la evolución de su economía, con un nuevo avance de la confianza de los consumidores en mayo y diferencias entre regiones en cuanto a la actividad empresarial, con un fuerte avance en Nueva York y un ligero descenso en Chicago. Los ingresos personales subieron en abril, pero los consumidores decidieron no gastar en exceso, lo que contrasta con las cifras de confianza obtenidas en mayo.

La Bolsa de Nueva York, después de varios días de recuperación, ofreció una versión algo más negativa que dificultó el cierre de los mercados europeos, que no lograron mantener una orientación uniforme.

La contratación en el Mercado Continuo descendió hasta los 3.206,10 millones de euros, a pesar de que la jornada ofreció numerosas alternativas. Las operaciones del "mercado abierto" sumaron 2.262,57 millones.