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"No hay mejor terapia que el Rocío"

Casi un millón de personas llegan a la aldea en una semana pese a la crisis

Polvo por todas partes, trajes de gitana de cientos de colores, dolor generalizado de pies y fiesta, mucha fiesta. La romería del Rocío, que congrega en la aldea almonteña a casi un millón de personas durante una semana, no entiende de crisis ni de ajustes financieros. "Aquí se viene a ver a la Virgen y a pasarlo bien", dice Lourdes Cobo, de Badajoz, antes de animarse a bailar. Esta es su primera vez y está emocionada.

Mientras tanto, un eco de sevillanas que se entremezclan en los caminos de tierra que separan unas casas y otras. O unas caravanas y otras, que de todo hay. Los rocieros -y los curiosos- no paran de dar palmas. El rebujito va y viene, al igual que los carros, adornados con flores, y los caballos.

Pararse a mirar es sinónimo de invitación. Todo el mundo ofrece "una tapita" o "lo que quieras". La sevillana Mari Carmen Rico lo tiene muy claro. Ni psicólogos, ni libros de autoayuda ni nada: "No hay mejor terapia que hacer el Rocío", asegura. "Cada vez valoro más estar con gente generosa", afirma.

Las 101 hermandades que este año han llegado a la aldea proceden de sitios tan diversos como Las Palmas de Gran Canaria, Barcelona, el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón -que se incorpora este año- o Navarra. El camino de tierra hace que andar sea casi doloroso. Pero el paisaje es espectacular, ya que la mayoría de los senderos atraviesan Doñana. La temperatura, que durante el fin de semana ha oscilado de 30 a 38 grados, no ayuda mucho. Pero con un bastón, la característica medalla y un poco de agua "todo se puede", coinciden los peregrinos.

La mayoría de las hermandades salieron hacia el Rocío el pasado jueves. Algunas reúnen a más de 10.000 personas, como la de Huelva. El número de caballos también es muy alto: 20.000 este año. El Plan Aldea ha hecho un gran despliegue con más de 6.000 miembros de los cuerpos de seguridad. La crisis ha bajado los alquileres de las casas, que oscilan entre 4.000 y 12.000 euros por cinco días. Este año, algunas se han rebajado un 25%.

Los peregrinos dicen que, en momentos de crisis, "es necesario desconectar y pasarlo bien", asegura Emilio José Alfonseca, malagueño de 26 años. Vestido de corto y con sonrisa expansiva, explica que suma 20 años como rociero y que pronto será hermano mayor de la Hermandad de Hinojos. En un solo día, junto con 200 personas, recorrió 26 kilómetros. "Yo creo de verdad en la Virgen del Rocío. Lo hago por devoción", sostiene.

En la madrugada de hoy, en el salto de la reja, cientos de personas se abalanzan sobre la Virgen para poder pasearla por la aldea. El sol colándose entre los árboles, los acordes de las guitarras y el revoloteo de las coloridas faldas componen un cuadro muy vistoso, aunque no del gusto de todos. Algunos, incluso, lo califican de "excusa" para emborracharse. De cualquier forma, con sus filias y sus fobias, el camino del Rocío constituye una de las romerías más concurridas del mundo. Habrá posicionamientos a favor o en contra, pero el Rocío es algo grande.

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