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Reportaje:Carreras & capital humano

China busca respuestas en Zara y Nestlé

Altos ejecutivos asiáticos aprenden estretagias empresariales en Barcelona

Cristina Delgado

Vienen a aprender de las compañías que ya recorrieron el camino que piensan andar. No lo esconden: buscan triunfar sobre empresas de Europa y Estados Unidos. Porque tienen la fuerza de trabajo, las condiciones de crecimiento y el mercado de consumidores con más potencial del mundo. La sartén por el mango. Pero les faltan, dicen, estrategias y los socios adecuados. Los 66 directivos chinos que estuvieron a principios de este mes en Barcelona, como parte de un programa para consejeros delegados de este país que organizan el Iese, Harvard y Ceibs, buscan las respuestas del éxito en

Zara, bodegas Torres o el Real Madrid.

Casi ninguno conocía empresas españolas antes de llegar a Barcelona. "Sólo el Santander y Telefónica", explica Ji'ou Liu, directiva de una firma financiera, con un inglés cantarín y una sonrisa perpetua en los labios. Otros compañeros (aunque hay excepciones) ni siquiera ubicaban España en el mapa de sus deseos empresariales. Pero al llegar, les parece el lugar ideal. Salpican todas las respuestas de elogios y agradecimientos hacia los anfitriones. "Es un honor y un placer estar aquí", apunta Michael Wu, director ejecutivo de Maxim's Caterers, una firma de alimentación con base en Hong Kong. Como sus colegas, "me han hablado de Zara y ahora quiero saber más sobre su estrategia", añade.

Los alumnos no sólo vienen a aprender. Buscan redes de contactos y socios
El programa de tres semanas de Iese, Harvard y Ceibs cuesta 40.000 euros

El programa del que forman parte, que cuesta según el folleto de inscripción más de 40.000 euros, se desarrolla en tres semanas intensivas en Barcelona, Shanghai y Boston. Pedro Nueno, profesor del Iese y responsable del mismo, explica que los "casos" en los que está basado (lecciones sobre una compañía, con análisis de un momento crucial de su existencia como puede ser una fusión o el lanzamiento de un producto) son de empresas de todo el mundo, incluso de la propia China. "Les ofrecemos lo mismo que a un empresario de Estados Unidos o de Japón. Si no, no estaríamos formándoles adecuadamente, ya que tendrán que poder competir con empresas de esos países", razona.

¿Se puede absorber la clave del éxito empresarial en sólo tres semanas? Según Wu, es posible. "Vemos cuatro casos cada día. Y son cinco días. En total, 20 empresas aquí y 60 en tres semanas. Creo que es suficiente", defiende.

¿Y por qué cruzar medio mundo, a países en crisis, si su economía es la que más crece del mundo en estos momentos? "China está en una etapa económica muy diferente de la de España y Europa en general. Puede que los temas sobre los que nos preocupamos sean diferentes ahora. Pero es importante saber que puede llegar en el futuro. Las economías más maduras pueden mostrarnos ejemplos", opina Ji'ou Liu. El programa va dirigido teóricamente a consejeros delegados. Sin embargo, en la práctica, quienes acuden son altos directivos en general o incluso los dueños de las corporaciones. Vienen de sectores muy diversos. Y su formación también es variopinta. "Como ocurría hace 20 o 30 años en España, hay personas que han llegado a estos cargos empezando desde abajo, como trabajadores de base. Pero otros vienen con un máster de la Universidad de Columbia (Nueva York)", explica Nueno.

Guangming Wu es uno de los pocos emprendedores del grupo. Cuando creó su compañía, hacer negocios en China era complicado. Aun así, según su colega Liu, que se presta a traducir del mandarín al inglés, hoy su empresa de manufacturas tiene gran éxito y hasta ha absorbido varias empresas más pequeñas. "Hace 20 años, sólo para abrir las puertas de una tienda había muchas trabas y muchas políticas que hacían casi imposible emprender", recuerda el emprendedor. "Hoy todo ha cambiado. Especialmente entre la gente joven. Ellos tienen un gran espíritu emprendedor, porque tienen mucho empeño en cambiar su destino", cuenta.

De Barcelona se llevan 20 lecciones empresariales. Desde Nespresso o Fiat al marketing del Real Madrid. La de Zara era una de las más esperadas. Pedro Nueno fue el encargado de explicar cómo esta compañía, creada en los setenta haciendo batas, hoy tiene cerca de 4.000 tiendas de moda por todo el mundo. En esa clase, que al igual que todas se imparte en inglés, la mitad de los asistentes lleva auriculares y en una cabina contigua al aula dos compatriotas les traducen las palabras del profesor al mandarín. El propio Nueno también lleva auriculares, porque algunos alumnos responden a sus preguntas o comentan sus impresiones sobre Zara en ese idioma. Incluso una joven transcribe las palabras que el profesor estampa en inglés en la pizarra a caracteres chinos.

Parece complejo, pero todo se desarrolla como un baile bien ensayado. Según Pedro Nueno, aunque China esté en otro momento económico, sus empresarios no son tan diferentes de los americanos o los europeos. En las escuelas de negocios buscan armas para triunfar. "Para nosotros venir a Barcelona no es sólo una cuestión de estudios. Es más. Es llegar y hacer amigos, saber cómo funcionan sus empresas. La globalización implica hacer negocios en todo el mundo. Y es importante entender las culturas de cada país. Es la primera vez que venimos. Pero esperamos que no sea la última", dice Guangming Wu. Michael Wu asiente. Y apunta. "Las compañías españolas seguro que también podrían aprender cosas de las nuestras. Tenemos una gran capacidad de trabajar duro. Deseo de mejorar. Compromiso. Y la humildad de querer aprender de otros. Nosotros estamos abiertos a aprender, a observar el éxito de otros". Y con media sonrisa añade: "Venimos a aprender. ¿Los españoles quieren que hagamos negocios? Que vengan también ellos a China. Y que aprendan chino. Será más fácil".

Del trabajo duro a las estrategias

No es difícil encontrar en Europa o Norteamérica altos directivos que hayan cursado un máster de una escuela de negocios. O incluso dos o tres. En muchas ocasiones es su empresa quien paga este tipo de formación para apoyar a un ejecutivo en plena promoción o tras un cambio importante, como una fusión. En China, en cambio, lo que no es difícil es hallar a un directivo sin estudios superiores. Muchas empresas han florecido al calor de un impresionante crecimiento económico (que supera el 10% anual incluso en plena crisis internacional).

"No es muy común hacer programas como éste entre los empresarios chinos. Allí es algo nuevo. Sobre todo, si además se incluyen visitas al extranjero", explica Michael Wu, director de una empresa de alimentación de Hong Kong. "En ocasiones hay consejeros delegados que ni siquiera tienen la educación secundaria. Han llegado a formar importantes empresas a fuerza de trabajar desde la apertura de la economía. Las empresas crecieron rápido", explica.

Ahora, sin embargo, se valora cada vez más la educación de negocios, porque creen que con ella sobrellevarán el choque cultural con socios europeos o norteamericanos. "Para competir en un mundo global hace falta estrategia, organización, investigación y desarrollo", defiende Wu. -

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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