Prohibido tocar el freno

"No acabo de cogerle el punto al embrague", concedía Jorge Lorenzo antes de que arrancara el Mundial. El piloto de Yamaha confesaba su punto débil. Ése que le hizo perder algunas posiciones tanto en Qatar como en Jerez, aunque luego su pericia al manillar le aupara a las primeras posiciones. Ése que aún trata de mejorar, porque sabe que si no falla en las salidas aspira a la corona. Es el líder del Mundial, con 45 puntos, le saca cuatro a su compañero de equipo, Valentino Rossi, que ayer logró la pole y que hoy (14.00, TVE-1), en el Gran Premio de Francia, saldrá el primero en Le Mans. Lorenzo lo hará el segundo; Pedrosa, tercero.

En Qatar, el mallorquín, que había hecho el tercer mejor tiempo en la clasificación, perdió dos posiciones en la primera curva; es más, llegó a rodar el sexto. Tuvo que ir remontando posiciones. Y a falta de tres vueltas, pasó de la cuarta a la segunda plaza, por detrás de Rossi. En Jerez pasó algo parecido. Salía segundo por detrás de Pedrosa. Y tras la primera vuelta ya rodaba cuarto; a la segunda, quinto. En la cuarta vuelta ganó una posición. Y a falta de diez para el final inició una remontada espectacular que le llevó a lo más alto del podio.

¿Qué le ocurre en las salidas? "Es complicado salir con la Yamaha, no es nuestro punto fuerte, porque nos falta aceleración y la moto tiende a levantarse de delante más que las demás", cuenta Lorenzo. Todas las motos disponen de un control anticaballitos que impide que la moto se levante en exceso. "Si pones demasiado control no se levanta nada, pero tampoco avanza; si pones poco, debes jugar más con el gas. Mi problema es que no me fiaba del control y, entonces, cuando se me levantaba automáticamente, pisaba el freno de detrás y en ese momento los pilotos me pasaban".

Lorenzo ha estado ensayando las salidas para olvidarse del freno trasero y fiarse más de ese control anticaballitos. Aunque hasta Jerez no pudo evitar recurrir al freno trasero. "A partir de entonces, no lo he utilizado". Tras los últimos tests, su equipo confía en que las salidas no sean un problema. En Jerez, el lunes después de la prueba, ya mejoró: "Reprodujimos las condiciones de carrera y fue capaz de hacer sus tiempos también en las primeras vueltas", dice su jefe de mecánicos, Ramón Forcada, convencido de que hoy la salida no será un obstáculo.

¿Y qué le ocurre en las primeras vueltas, en las que ha perdido alguna posición más? "Me cuesta más calentar que a los demás y rodar rápido. Supongo que será eso", explica el piloto con poco convencimiento. "Creo que tiene un problema de confianza", apunta Forcada, que señala que el equipo no encuentra razones técnicas para explicar por qué rueda peor en los inicios de carrera. "Su problema es que debe encontrar su sitio en la carrera. Si pierde posiciones en la salida y tiene delante a pilotos que no tendrían que estar ahí porque van más lentos que él, eso le genera ansiedad porque piensa que le están frenando". Lorenzo, optimista y valiente sobre el asfalto, no ve grandes inconvenientes: "Si no logramos salir bien habrá que mantener la calma y esperar al último momento". Como hizo en Jerez, donde atacó a Pedrosa en la última vuelta.