Feijóo suprime la consulta sobre el idioma hasta que la regule una ley
Aprobado el decreto del gallego, que sólo permite elegir a los padres en Infantil
Nació como un compromiso irrenunciable del candidato Alberto Núñez Feijóo en vísperas de las elecciones autonómicas. Si el PP llegaba a la Xunta, se acabaría "la imposición del bipartito" y los padres tendrían "derecho a elegir" el idioma en que sus hijos estudiarían las asignaturas. En medio del fragor de la campaña y empujado por medios ultraconservadores como la Cadena Cope o El Mundo, el propio Feijóo llegó a prometer que incluiría una casilla en el sobre de la matrícula escolar para que las familias gozasen de "libertad" a fin de determinar la lengua de las materias en los colegios públicos.
Un año después de aquella campaña, durante el que rigió el decreto aprobado por el bipartito sin mayor conflicto en las aulas, el varapalo del Consello Consultivo ha hecho caer del decreto del plurilingüismo que ayer aprobó el Gobierno gallego la anunciada consulta a los padres. La Consellería de Educación no tendrá en cuenta sus opiniones para decidir la lengua de las asignaturas en Educación Primaria ni en Secundaria, que se repartirán al 50%. Lo anunció el presidente de la Xunta, después de la reunión semanal de Gobierno. Admitió que las tachas de legalidad advertidas por el dictamen del Consultivo -según el cual la norma autonómica vulneraba preceptos constitucionales- le llevaron a aparcar su promesa electoral que, sin embargo, sí se mantendrá para la etapa de Educación Infantil. "Garantizamos la participación máxima posible de la familia", proclamó. Con un sutil cambio en la redacción, la consellería sí preguntará a las familias sobre la lengua materna en la que se escolarizarán los niños de hasta tres años. Feijóo aludió a jurisprudencia del Tribunal Supremo, que ratificó fallos en ese sentido de los juzgados en Cataluña y Baleares, para justificar su decisión.
PSdeG, Bloque, Queremos Galego y la Mesa mantienen su beligerancia
Y subrayó que el decreto vigente para el próximo curso mantendrá la libertad de los alumnos para dirigirse al profesor y hacer los exámenes en la lengua que consideren oportuna, además de la implantación paulatina de un tercer idioma, el inglés, en la escuela pública. Eso es lo que cambia, subrayó, respecto "al modelo de inmersión del BNG que el PSOE defiende en Galicia".
A juicio del presidente, ése es el motivo por el que no ha intentado consensuar la polémica norma. Con todo, insistió en que no es un adiós a la consulta, sino más bien un hasta luego. Porque en la cabeza de Feijóo está recuperarla a lo largo de la legislatura. Según explicó, la Xunta impulsará una ley para superar el "vacío legal", que regulará los cauces de participación de los padres en la educación, no sólo para el idioma, aunque también. Fuentes próximas al presidente confirmaron después a este diario que será la futura Ley de Convivencia Escolar la que "articule los mecanismos de comunicación y participación de las familias".
Las reacciones al decreto no se hicieron esperar. A cada cual, más beligerante. El líder del PSdeG, Pachi Vázquez, culpó a la Xunta de escribir un "episodio lamentable" con un ataque sin precedentes a la lengua. El Bloque emitió un comunicado que censura "el primer retroceso legislativo para el gallego en la historia de la democracia". La Plataforma Queremos Galego rechazó que la Xunta "pase por encima de sindicatos y asociaciones de padres en su imposición del decretazo del gallego". La Mesa pola Normalización Lingüística censuró el decreto que, según esta organización, vulnera la Constitución y el Estatuto. Nada comparado con la opinión de Gloria Lago, portavoz de Galicia Bilingüe, con la que el PP se manifestó en campaña. "La bajeza moral que se desprende de la actuación de Feijóo es tal que no me queda más remedio que llamarle mentiroso en el sentido literal de la palabra", sentenció Lago.
El presidente recuerda a Blanco que los plazos del AVE están pactados por escrito
El presidente de la Xunta se aferra al papel que él mismo firmó el pasado 21 de julio junto al ministro de Fomento, José Blanco, en la Praza do Obradoiro, para garantizar que el AVE llegará a Galicia en 2015. Y para asegurarse de que el plan de recortes de Zapatero no acumulará nuevos retrasos a la Alta Velocidad, ayer Feijóo exigió que se convoque la comisión de seguimiento de las infraestructuras, el órgano encargado de fiscalizar los trabajos de las distintas administraciones. "Es el único pacto de infraestructuras en España que está por escrito" e incumplirlo, subrayó el presidente gallego, sería un "doble error económico y político". Citó los 90 kilómetros que quedan por construir para rematar el enlace con la Meseta y avisó de que no concluirlo sería lo mismo que mantener improductivas todas las inversiones que se realizaron en el resto de tramos del AVE.
En cualquier caso, subrayó que no sólo espera que esté lista esa conexión, sino que el Ministerio de Fomento deberá cumplir también con sus promesas para el Eje Atlántico. "De las autovías ya habrá tiempo para hablar, es otro capítulo", avisó Feijóo, quien se quejó de que Galicia "ya fue suficientemente apartada en épocas de bonanza", como para serlo también durante la crisis.
El presidente aprovechó para atizar a los socialistas gallegos. "Los mismos que acusaron a la Xunta de rebajar la licitación pública son los que sean los que hacen ahora el mayor recorte de obra pública en la historia de la democracia", clamó. De paso ironizó con los compromisos refrendados por algunos alcaldes del PSdeG, quienes, todavía hace unas semanas, garantizaban la construcción de las líneas ferroviarias entre Lugo y Ourense.
Fuentes cercanas al presidente aseguraron que el ministro de Fomento, José Blanco, no se ha puesto todavía en contacto con la Xunta para comunicarle el alcalce de los recortes y si estos afectarán a las infraestructuras gallegas. Esa falta de noticias oficiales del Gobierno central no impidió al PP denunciar en una nota que "Blanco ha destrozado el Pacto do Obradoiro".
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