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La UE estipula que la carretera que cruza Doñana no amenaza al lince

El tribunal europeo concluye que el camino no "incide" en los accidentes

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea no considera que la carretera que atraviesa el parque natural de Doñana fragmente el hábitat natural del lince ibérico y, por tanto, amenace de forma determinante su supervivencia. Según la sentencia hecha pública ayer, el camino asfaltado que une las localidades de Villamanrique de la Condesa (Sevilla) y la aldea del Rocío (Huelva) no tiene una "incidencia real" en el número de "sacrificios accidentales" (dos atropellos en cuatro años) ni en la dispersión y conexión de las agrupaciones espontáneas de población felina ("núcleos territoriales"). En Doñana viven actualmente unos 50 ejemplares.

La Comisión Europea denunció el "riesgo elevado" que suponía el asfaltado de este camino, que comenzó en 2001 y fue asumiendo medidas de protección complementarias hasta su finalización en 2004. Ese mismo año, la Comisión dirigió un escrito al Gobierno español en el que le reprochaba el incumplimiento de sus obligaciones respecto a la conservación de zonas de especial protección. En 2006, la comisión envió un requerimiento complementario en el que aseguraba la transformación del camino en carretera "dividía el hábitat natural de esa especie y la exponía a riesgos de muerte accidental".

Los ecologistas denuncian la "incongruencia" del tribunal

El tribunal reconoce que las prevenciones adoptadas hasta ahora "son inadecuadas", como indica el hecho de que las mismas autoridades españolas "continúen su labor de indagación de nuevas medidas". Según el escrito, "la situación en su conjunto de Doñana podría no ser satisfactoria , en particular por el número relativamente elevado de ejemplares de esta especie prioritaria muertos por atropello". La autorización para el acondicionamiento definitivo del camino, denunciado por las asociaciones ecologistas, llegó en 2000. Estaba supeditado a la toma de medidas complementarias como la construcción de pasos de fauna que, según el mismo escrito, apenas se usan. La Corte reconoce que "las infraestructuras lineales de transporte constituyen una auténtica barrera para las especies, al fragmentar su zona de expansión natural" y que Villamanrique es una de las dos únicas vías de dispersión del felino, pero sentencia finalmente que no tiene pruebas suficientes para estimar la denuncia: "Los elementos de prueba de que dispone el Tribunal de Justicia no le permiten afirmar que el proyecto constituye en sí mismo una intervención que conlleve el riesgo de provocar la desaparición del lince ibérico". Añade que, desde que finalizó la ejecución de las medidas correctoras complementarias, no ha vuelto a ser atropellado ningún otro lince. WWF y Ecologistas en Acción denunciaron la "incongruencia" entre los elementos aportados por el Tribunal y el dictamen final.

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