Rubio pide un concurso para elegir al director del Muvim

El portavoz socialista en la Diputación de Valencia, Rafael Rubio, defendió ayer la convocatoria de un concurso para designar al nuevo director del Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (Muvim). El museo carece de gestor desde que el anterior director, Romà de la Calle, dimitiera hace dos meses después de que la Diputación, administradora del centro, censurase una exposición de fotoperiodismo con instantáneas que recogía las primeras imágenes que se publicaron del caso Gürtel en febrero del año pasado.

"La elección del nuevo director no debería ser a dedo para colocar a alguna persona afín al presidente", defendió Rubio, "debería abrirse a todo el mundo". La principales organizaciones profesionales valencianas -Asociación Valenciana de Críticos de Arte (AVCA), Artistas Visuales de Valencia, Alicante y Castellón (AVVAC) y la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo (AGACCV)- y otras de carácter nacional apuestan por la misma solución. Es más, la semana pasada remitieron una carta al diputado de Cultura, Salvador Enguix, para reunirse e intentar llegar a un acuerdo. No les contestó y ahora temen que la Diputación se desmarque con un nombramiento arbitrario y por sorpresa. Hoy mismo, en la presentación de la nueva exposición del Muvim, El espíritu futurista de la publicidad italiana, podría hacerlo. "Es el rumor que corre por la Diputación", admitió por su parte Rafael Rubio, "que están buscando un director para nombrarlo antes de que acabe mayo".

La hoja de ruta de los socialistas plantea una modificación en la normativa de la Diputación para que la plaza de director del Muvim tenga un régimen diferente al de otros puestos. De esta manera, se podría convocar un concurso público y el futuro director debería, entre sus tareas, captar recursos para las actividades del museo mediante actividades de patrocinio o mecenazgo. Así, el centro dependería menos de los fondos de la Administración. Los profesionales recomiendan además que el museo asuma el Código de Buenas Prácticas en las Artes Visuales, común en muchos centros, incluso en autonomías gobernadas por el PP, que aseguraría el concurso público para designar director y ampliaría el poder del patronato y el número de patronos en oposición a los dirigentes políticos, quienes decidieron censurar la muestra de fotoperiodismo Fragments d'un any, que había organizado la Unió de Periodistes Valencians.