Mourinho, de momento, dos de dos
El Inter gana la Liga y el técnico dice que tras la final de la 'Champions' pensará en su felicidad
En las galerías de fotos que aparecieron ayer en las webs de los periódicos italianos para recoger los mejores momentos de la temporada del Inter había un jugador que aparecía en todas. Diego Milito, Il Principe, como le llaman los hinchas. El delantero argentino salía chocando las manos con Eto'o, subiéndose a la espalda de Motta, tirando un penalti contra el Milan, superando al portero del Cagliari con una vaselina, lanzando a Eto'o a la portería con un taconazo, luchando para alcanzar pelotas imposibles, controlando otras con extrema elegancia, celebrando un gol bajo la nieve con unos guantes negros...
A esas instantáneas se unió otra. La del gol de la victoria en Siena ayer -cuando el Roma iba ganando por 0-2 al Chievo y era campeón virtual-, un gol que al Inter le valió el 18º scudetto y a José Mourinho el tan deseado doblete (después de la victoria en la Copa). Y a sólo seis días de jugarse otro título en la final de la Champions del Bernabéu contra el Bayern. "Es el gol más importante de mi carrera", comentó entre lágrimas Milito, que ha marcado 22 tantos. No lo escuchó el técnico portugués porque, nada más pitar el árbitro, se fue corriendo a los vestuarios. No reapareció hasta diez minutos después -fue el presidente, Moratti, el que acabó manteado-, igual que hizo en Gelsenkirchen en 2004 cuando se proclamó campeón de Europa con el Oporto. Dijo que quería celebrarlo a solas con su familia.
En Siena, luego, sí se juntó con sus jugadores para recoger el trofeo. Dio un paseo por el campo con los ojos llorosos. "Este título es de Mourinho", dijo Moratti. Es el quinto scudetto seguido del Inter y el segundo doblete, tras el de 2006. El sábado, en Madrid, el Bayern luchará también por el triplete. El futuro del portugués, en cambio, está en otras manos. "He dicho muchas veces que en Italia no me siento en casa. Luego, empezó la Champions y tocaba jugar, no pensar. Tras la final, me haré el egoísta un par de días y pensaré en qué es lo que puede hacerme más feliz. Pero no es verdad que tenga pie y medio en el Madrid. Sólo quiero jugar la final", dijo Mourinho, que tiene dos años más de contrato y una cláusula de rescisión de nueve millones.
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