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Entrevista:MARTA FERNÁNDEZ CURRÁS | Conselleira de Facenda

"Se han desmentido falsedades"

María Fernández

Sonríe cuando le dicen que, por sus ingredientes, el proceso de fusión de cajas tiene pinceladas de telenovela, tipo Pasión de Gavilanes. Reuniones secretas, medias verdades, una gran bronca mediática y política y hasta un accidente de tráfico han salpicado las negociaciones. Su principal testigo, la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás (Vigo, 1963), cree que la fusión es posible porque se han derribado "grandes falsedades".

Pregunta. ¿Cuántas canas le han salido a cuenta de las cajas?

Respuesta. [Risas] No las cuento.

P. La caja única tiene que vender 12.000 millones de sus activos, ¿sigue pensando que será la quinta de España?

R. Hay que tener en cuenta la reordenación que se está produciendo en el sector de cajas español. En el caso de las gallegas se ha hablado de una desinversión de entre 10.000 y 12.000 millones en cualquier tipo de activos. La nueva entidad decidirá cómo se lleva a cabo, no es necesario que lo haga en el momento inicial. Hay que tener en cuenta que entre 2005 y 2007 tuvieron un crecimiento muy fuerte y ese crecimiento es el que ahora conviene analizar. Esa expansión fue excesiva y no suficientemente rentable.

"El impacto de la fusión sobre el empleo no va a ser traumático"
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"La combinación de los dos directores es perfecta, tienen mucha sintonía"
"El acuerdo era posible con cualquiera de las leyes"
"Ninguna está mejor o peor que la otra dentro de sus peculiaridades"

P. ¿Lo dice por alguna en particular?

R. No, fue la tónica generalizada en el sector. Unas crecieron más y otras menos. Quizá sea este el momento de centrarse en el negocio tradicional.

P. Nace una caja nueva que va a prejubilar a unas 1.000 personas con un presidente de 78 años.

R. Las prejubilaciones vienen de las duplicidades del negocio. Los sindicatos apoyan esta operación al 100%. El impacto sobre el empleo no va a ser traumático. La valoración hay que hacerla en coste de oportunidad: ¿qué supondría cualquier otra alternativa para el sistema financiero?

P. "Es una fusión paritaria". ¿Es así con un director, un presidente, mayoría en el consejo durante el primer año y medio y la sede operativa para Caixanova?

R. Hay dos copresidencias. Cada una ejercerá un turno con la presidencia. Respecto a quien empieza, las cajas lo decidirán por mutuo acuerdo, a la conselleira de Facenda no se lo han notificado. Cualquiera de las dos está capacitada para realizar las funciones propias de un presidente, que por cierto, no vamos a magnificarlo. Es un presidente no ejecutivo, no está remunerado. El auténtico equipo de gestión tendrá que venir de la dirección general.

P. Precisamente, la dirección general la llevará José Luis Pego, de Caixanova, y no se ha cuestionado.

R. Ahí hubo consenso. Es un hombre con un perfil extraordinario y con una perspectiva nueva de relevo generacional. Entraron en juego los intereses personales de los actores. A la Xunta, al Banco de España y a la propia Caixa Galicia le pareció muy bien. La combinación de los dos directores [con Javier García Paredes como adjunto, de Caixa Galicia] es perfecta. Tienen mucha sintonía personal.

P. ¿Tiene que vender Caixa Galicia 250 oficinas de su red o lo hará la caja fusionada?

R. Cada una de las cajas tenían sus propios proyectos para el negocio individual, y entre esos proyectos podía existir algún plan de esa naturaleza. Pero no está previsto así: lo hará la caja fusionada.

P. Ustedes aprueban una ley para cambiar los consejos de administración, algo que reconoce el presidente Feijóo. ¿Según ese esquema, no hubiera sido mejor esperar a su renovación según la norma anterior, que tenía que haber ocurrido el mes que viene, para, mientras, llegar a un acuerdo?

R. Niego la mayor. Jamás pude entender ese concepto de agresión que algunas voces interesadas quisieron transmitir. Y todos sabemos las tensiones políticas y partidistas que ha habido tras este tema. La ley, un proyecto que se incluía en el programa electoral de los tres partidos, se hizo por el procedimiento de urgencia con el acuerdo de todos. Teníamos un escenario complejo delante. Siempre he dicho que la fusión era posible con cualquiera de las leyes. De hecho, el artículo que las regula no se modificó.

P. Después del recurso del gobierno a la ley, usted pidió un informe para saber si podía destituir a los que no cumplen los requisitos (léase mayores de 75 años) ¿Dónde está ese informe?

R. Tengo varios informes, igual que las cajas. Se trataba de seguir un camino jurídico tras la suspensión. El efecto suspensivo de la ley empaña todo el espíritu de la misma. No es un secreto que al mismo tiempo se estaba negociando la fusión. Seguir incidiendo en ello cuando la fusión podría abrir un periodo transitorio no tenía mucho sentido.

P. ¿Fue acertada la auditoría de la consultora KPMG?

R. Sí. Y tengo que decir que no sólo la auditoría, sino las propias estimaciones de la Consellería de Facenda. Algunas cosas que impulsamos fueron incomprendidas. ¿Por qué? Porque todos hemos visto lo que ha pasado en los últimos nueve meses. Hubo muchos agentes opinando y no siempre con el conocimiento de causa debido. Hoy podemos subrayar que la preocupación fundamental de la Xunta fue en todo momento despejar las dudas de solvencia. No íbamos a comprometer el futuro financiero de los gallegos.

P. El alcalde de Vigo dice que ustedes han ocultado que hacen falta más de 2.000 millones para que la fusión salga, que esa desinversión de 12.000 millones inyectará la mitad que falta.

R. No tiene nada que ver una cosa con la otra. Es imposible prever lo que va a significar la venta de activos. Si me pregunta si son necesarios 2.000 millones para que el proyecto sea solvente le diré que el proyecto es solvente con 1.162 millones de ayudas FROB y así está planteado.

P. ¿Dará ayudas la Xunta a las cajas?

R. No, sería imposible. Estaríamos ante una ayuda del Estado.

P. ¿Qué pasó en Semana Santa para que Caixanova aceptase la negociación?

R. Esa reunión y todas forman parte de un proceso continuo de acercamiento en que se han ido derribando grandes falsedades. Siempre hemos dicho que esto tenía que ser una propuesta de ambas cajas. Los consejos tenían que querer y creer en el proyecto. No podemos olvidar que hubo muchos intereses desinformativos y, sin voluntad todo son obstáculos. Nuestras dos cajas han sido competidoras durante años. El competidor, por definición, desconfía del otro.

P. ¿Está alguna de las dos cajas, o ambas, tocadas por haber contraído riesgos excesivos?

R. Ninguna está mejor o peor que la otra dentro de sus peculiaridades. Tienen una cultura de negocio que no es idéntica.

P. Con 250 oficinas menos de la red exterior y otras 300 que cerrarán en Galicia suman más de 500. Casi las mismas que tiene la caja pequeña. ¿No será una entidad muy frágil?

R. Está pendiente de cuantificar. Está usted diciendo que una parte pasa por la venta de oficinas y su negocio, nosotros hablamos de desinversión. Lógicamente se tendrá que atender cada caso. Una cosa es dibujar un escenario de futuro y otra concretar ese escenario.

P. ¿Quién ha perdido más plumas en esta negociación: Caixa Galicia, Caixanova, Banco de España, el señor Feijóo o los alcaldes de Vigo y A Coruña?

R. Tengo mi opinión personal y bastante memoria para recordar todos los hitos de este proceso. Pero no es el momento de hacer reproches. Este es un proyecto que supone un gran triunfo para Galicia, toda la sociedad gallega ha estado a la altura.

P. Le recuerdo que hubo una manifestación en Vigo.

R. Creo que no tuvo la magnitud que se le quiso dar. Galicia es más que Vigo. Por supuesto incluye Vigo. Y no todos los vigueses, que son 300.000, estaban en la manifestación. Sólo los que defendieron intereses personales pueden distinguir aquí vencedores y vencidos. Por una vez Galicia está entre las comunidades ganadoras con un sistema financiero propio. Recalco esto porque también había intereses centralistas, un plan predeterminado en el convencimiento de que aquello era lo mejor... Ha sido un proceso de acercamiento con todos los participantes.

P. ¿Se puede decir que todo se limitó a un reparto de poder?

R. No exactamente. Fue una decisión financiera extraordinaria. Probablemente la decisión estratégica más importante que se haya tomado en la historia reciente de Galicia. Se sembraron muchas dudas por el camino. La gobernanza era un tema a discutir, pero primero ambas tuvieron que convencerse de que en este proyecto iban a ser capaces de trabajar juntas. Estamos hablando de un proyecto para cinco años, y hacer una previsión en un momento tan complicado como el actual genera miedo. Pero en la peor de las hipótesis estudiada, la caja es solvente. Ese es el test que pasó el proyecto.

P. ¿Qué papel cree que han jugado los medios de comunicación en este proceso?

R. Para esta consellería ha sido especialmente doloroso ese seguimiento. Nunca llegué a detectar si había tanto interés social o era un interés dirigido. Lo que está claro es que en el primer año de gobierno, esta consellería ha hecho muchísimas cosas y ha sido materialmente imposible explicarlas. Hemos presentado la factura electrónica, el plan estratégico... finalizadas las presentaciones, sólo había preguntas sobre las cajas.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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