El rostro de un millón de niños

Azotado por la hambruna, la sequía y los golpes militares, Níger es uno de los países más pobres del mundo. Y, como suele ser habitual en estos casos, una de las principales víctimas de esta situación son los menores.

Un ejemplo de ello es la invisibilidad que tienen en las zonas rurales, donde cientos de miles de niños no existen oficialmente, ya sea por la falta de acceso a registros o porque sus padres no les inscriben al nacer o durante los años posteriores. Lo malo de esta situación no es que, al no figurar en ningún listado oficial, no haya constancia de su existencia. Vivir en esta especie de limbo administrativo impide a estos chavales acceder a derechos fundamentales básicos como, por ejemplo, la educación.

Este país del Sahel es uno de los más pobres del mundo La tasa de registro de nacimientos es sólo del 32%

Para combatir este problema, Unicef ha puesto en marcha una iniciativa destinada a regularizar e inscribir oficialmente a un millón de niños. Esta entidad presentó ayer el proyecto Acelerar el registro de nacimientos, para el que contará con 300.000 euros destinados por la Consejería de Solidaridad y Ciudadanía.

El programa se centrará en las regiones rurales de Marodi y Zinder, zonas donde este problema es especialmente grave. Frente a los entornos urbanos, donde el índice de registro ronda el 71%, en las áreas más despobladas la tasa apenas alcanza el 32%. "Y ello impide el acceso a derechos fundamentales como la educación", insiste Marlen Perkins, responsable de comunicación de Unicef en Valencia. "El registro de nacimiento, como recoge la Convención de los Derechos del Niño, y que implica tener un nombre o nacionalidad, es la puerta de entrada al resto de derechos", comenta. Entre ellos, además de la educación, estaría la sanidad. Pero, a medida que el chaval fuera creciendo, las trabas se extenderían a otras cuestiones como inscribir propiedades, heredar bienes o incluso votar.

Esto por lo que respecta a los perjuicios que afectan a los ciudadanos. Pero, como recuerdan desde Unicef, la falta de información demográfica también es un grave obstáculo a la hora de afrontar los problemas de la población por parte de las autoridades. Y, especialmente, en un país que ocupa el cuarto lugar por la cola -de 177 naciones- en el índice de desarrollo humano que elabora la ONU.

El proyecto de Unicef y la Generalitat, que presentaron el consejero Rafael Blasco y la presidenta de Unicef en la Comunidad Valenciana, Nidita Guerrero, pretende implicar a toda la sociedad para que el registro sea sistemático, por lo que se formará a 300 trabajadores, se harán campañas de registro itinerantes y se difundirá la importancia de este derecho. También hay previstas acciones de sensibilización en el territorio valenciano para que "la sociedad conozca la importancia del derecho al registro de nacimiento en todo el mundo".