Ensayo del 'botellódromo' en Valencia
Los alumnos de la Universitat de València celebraron ayer la llegada de la primavera con la tradicional fiesta de las paellas, un macrobotellón disfrazado de algarabía estudiantil previa a los exámenes de fin de curso.
Ocurre apenas semana y media después de que el pleno del Ayuntamiento de Valencia aprobase buscar un emplazamiento para el ocio nocturno juvenil en la ciudad. Los estudiantes, que acudieron en masa, expresaron con su presencia la necesidad de disponer de un lugar donde pasar sus noches, un botellódromo. "Aquí molaría montar un espacio para poder estar con tranquilidad y que las discotecas pusiesen autobuses para llevarnos después", decía Andrés, que estudia Ingeniería Industrial en la Universidad Politécnica. "Podríamos vender entradas", sigue, "y así sabrían cuántos buses contratar". Sería una alternativa a la situación actual, el botellón que surge cada fin de semana a espaldas de la avenida de Tarongers, cerca de la plaza del Xúquer, un espacio que el consistorio declaró zona acústicamente saturada (ZAS) en 1996.
El gobierno local y la oposición acordaron en abril "delimitar zonas de ocio destinadas de forma específica a espectáculos públicos y actividades recreativas, incompatibles, en todo caso, con zonas de usos dominantes residencial, sanitario y docente", ante las quejas de los vecinos de la plaza del Xúquer y alrededores por la suciedad y el ruido que genera el botellón. Para la concejal socialista Carmen del Río, esto consistía en trasladarlo de Tarongers a otro lugar, "como los alrededores del edificio Veles e Vents o el circuito de fórmula 1". La concejal de Contaminación Acústica, Lourdes Bernal, matizó que el acuerdo sólo consensuaba una "zona lúdica y cultural, de ocio normal, incluso para las familias", actuación que no tiene nada que ver con el botellón de Tarongers. Un acuerdo y dos versiones del texto.
Este año, a diferencia de los anteriores, el guateque universitario se había organizado en uno de los aparcamientos del circuito de fórmula 1, a espaldas de la calle de Juan Verdeguer, lugar que sugirió Carmen del Río. Antes se organizaba en una explanada del campus de Tarongers. El rector de la Universitat, Esteban Morcillo, aseguró ayer a los medios delante de la alcaldesa, Rita Barberá, que pretenden ser "muy respetuosos" con el descanso de los vecinos. Hoy es el turno para los alumnos de la Politécnica.
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