"Nos han infravalorado"
El control del tiro y de la defensa y la inteligencia en la cancha han convertido a Ramunas Siskauskas en uno de esos baloncestistas que cada verano están asociados a los clubes más poderosos. Como el Madrid. Ettore Messina quiso ficharle el verano pasado, pero el alero lituano, de 31 años y 1,98 metros, prefirió continuar en Moscú. "No es fácil mover a la familia", argumenta. En 2009 destrozó la ilusión del Barcelona en las semifinales de la Euroliga. "El CSKA va con mi carácter. Los dos queremos ganar", sentencia.
Pregunta. ¿Por qué es especial el CSKA?
Respuesta. Es uno de los clubes más grandes de Europa. Tiene una gran organización. Es una familia. Sólo cuenta ganar.
P. No empezaron bien la temporada. Muchos se apresuraron a sugerir el fin de su poderío.
R. Nos han infravalorado, pero es normal. De hecho, tuvimos un comienzo muy difícil en la Euroliga. Todos pensaron que íbamos a ser más frágiles. Llegó un nuevo técnico, pero hemos sido fieles a nuestro baloncesto.
P. Messina le reclamó para el Madrid. ¿Por qué le dijo que no?
R. No era tan fácil salir de Moscú. Hubo desconcierto en el club con la marcha de Messina. Nadie sabía qué iba a pasar, qué jugadores se irían y cuáles vendrían... Las cosas se aclararon con la llegada de Pasutin al banquillo. Hemos conseguido superar su marcha y formar una gran plantilla. Sin embargo, las cosas cambian. Estoy abierto a jugar en España algún día.
P. Los recortes presupuestarios están a la orden del día. ¿Un estímulo para que los jóvenes tengan más oportunidades?
R. No lo sé. Es cierto que la crisis económica es general, pero no tengo claro que sea en beneficio de los jóvenes. Todos los clubes tiran a la baja sus presupuestos y apuestan sobre seguro con gente de garantía. Sin embargo, tal vez los más pequeños sí apuesten por los chicos.
P. Empezó tarde en el baloncesto, a los 15 años.
R. Crecí en una ciudad muy pequeña, Kaisiadorys, y en Lituania la atención al baloncesto se centra en Kaunas y Vilnius. El equipo local era pequeño y, además, yo me había pasado los años anteriores practicando el fútbol y el boxeo. El baloncesto lo jugaba en la calle. Recuerdo aquellos partidos de los años ochenta, las finales de la Liga soviética entre el Zalgiris y el CSKA. Ahí se gestó la base para que los chavales de entonces, como yo, nos metiésemos en el baloncesto.
P. Apoyaría al Zalgiris.
R. ¡Por supuesto! Fíjese que ahí estaban Sabonis, Jomicius y Kurtinaitis, que lo han sido todo para Lituania.
P. La NBA le tentó, pero también le dijo que no.
R. Cuando era más joven, no tuve ofertas. Después me han hecho llegar algún interés. Pero con los años te vuelves más práctico. No me interesa ir allí, sentarme en el banquillo y ver los partidos. Además, prefiero Europa. Me gusta más el juego que se hace aquí y el ambiente de las canchas.
P. ¿Qué le preocupa del Barça?
R. El equipo en sí.
P. ¿Qué hace fuera del baloncesto?
R. Me encanta todo lo que tenga que ver con la naturaleza, sobre todo pescar.
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