Estímulo para el Málaga
El Athletic se complica su presencia en Europa
De golpe, ¡zas! Un pase sencillo de Iturraspe, un defensa que se agobia buscando el balón que pasaba por su costado y Toquero que le gusta lo peleado, lo insospechado, casi, casi lo imposible, que la empuja como un depredador tan hambriento como agradecido. Y el Athletic que se encuentra ganando sin haber dado un pase, habiendo dado unos cuantos pasos, pero ni un pase. Y el Málaga que se juega algo muy serio, la permanencia, que se encuentra perdiendo sin despeinarse, sin rendirle el respeto debido al rival. Y sin tiempo para perdérselo. Se jugaba el Athletic el último átomo europeo que le quedaba por gastar, gracias a los traspiés de Villareal y Getafe, y se encontró ganando en un pis pas. Demasiadas emociones para un equipo bajo en octanaje y con el cruiser activado a baja velocidad.
ATHLETIC 1 - MÁLAGA 1
Athletic: Iraizoz; Iraola, San José, Amorebieta, Castillo; Susaeta, Iturraspe (De Marcos, m. 76) Gurpegui, David López (Muniain, m. 61); Toquero y Llorente (Etxeberria, m. 83). No utilizados: Armando; Ustaritz, Yeste y Gabilondo.
Málaga: Munúa; Gámez, Stepanov, Iván González, Mtiliga; Valdo, Poño, Benachour (Toribio, m. 80), Duda; Obinna (Juanito, m. 93) y Caicedo (Baha, m. 71). No utilizados: Arnau; Luque, Torres y Fernando.
Goles: 1-0. M. 4. Toquero se adelanta a la defensa y bate a Munúa. 1-1. M. 18. Duda, de córner directo.
Árbitro: Rubinos Pérez. Amonestó a Gámez, Iván González, Benachour, Caicedo y David López.
Unos 30.000 espectadores en San Mamés.
No es fácil para el Athletic jugar sin la fortaleza de Javi Martínez y sin el raciocinio de Orbaiz. Sin ambos, el ejercicio tiene más que ver con la buena voluntad que con la estrategia. Tampoco el Málaga está para arrebatar al público. Lucha denodadamente por llegar a la orilla. Y ahí le condujo Duda, en una acción personal, particular, intransferible Nada de pizarras, ni gestos oblicuos con los dedos. Nada de abalorios. Un córner, un zurdo y el balón a la escuadra del segundo poste. Gol olímpico, le llaman. Gol de córner, se llamaba antes. Golazo, en cualquier caso, aunque al portero siempre se le queda cara de culpable en esos casos.
Y en realidad eso pasó, que era lo peor que les podía pasar a ambos equipos. El empate era el resultado inocuo, el que te deja con el mismo dolor de tripas y sin ni siquiera poder quejarte de aquella ocasión errada o de aquella decisión arbitral. Ni lo uno ni lo otro. Nada a lo que agarrarse que no fuera la pelea, el ritmo de partido, el frenesí. No está el Athletic para pensar, ni está el Málaga para jugarse la vida antes de tiempo. El alma se serena en esos casos. Por eso no hubo ocasiones, sino carreras; por eso hubo tarjetas, más que disputas; por eso hubo intenciones más que goles. Porque no podía haber otra cosa. Duda cumplió con lo suyo, Toquero con su trabajo. Llorente y Stepanov con su pelea de altura. Y se acabó. Casi, casi, como empezó.Casi, casi, para nada.
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