El tercer tiempo del Madrid

Cuando Mateu Lahoz pitó el final del encuentro, Casillas salió disparado de la portería y se fue a por Albiol. Le tumbó literalmente y los dos acabaron abrazados en el suelo. No tardaron en sumarse Arbeloa y Xabi Alonso. Marcelo, en la otra banda, ya estaba arrodillado delante del público y Sergio Ramos acabó subido a la espalda de Cristiano Ronaldo. Parecía que el Madrid acababa de ganar la Liga. Pero no, sólo acababan de salvar el último match-ball. Es el quinto de la temporada. Saben los de Manuel Pellegrini que, tras caer en casa contra el Barcelona, no les queda otra que ganar todos los partidos y esperar que los azulgrana pierdan algún punto por el camino.

De ahí que la plantilla haya rescatado una de las frases más pronunciadas al final de la temporada 2006-2007 con Fabio Capello en el banquillo. "Nos quedan tres finales", repetían el domingo por la zona mixta Gago y compañía. Igual que repetían Cannavaro, Van Nistelrooy o el propio Gago hace tres años. El escenario es el mismo: el Madrid, que sale dormido, es perdonado -el domingo, en concreto, por Massoud- y se despierta poco a poco hasta marcar el gol de la victoria casi en el descuento.

"No me fío. Les das por muertos y vuelven", dijo el azulgrana Xavi con cinco puntos de ventaja

Lo que cambian son los protagonistas -anteayer le tocó a Cristiano ser el hombre remontada; otras veces fueron Van der Vaart e Higuaín- y la forma de expresarlo. No ha habido este año vídeos grabados por los cuatro capitanes en Valdebebas y proyectados en el Bernabéu antes de los partidos -"nos quedan cinco finales; con el apoyo de la afición, podemos conseguirlo", decían Raúl, Guti y Casillas en 2007-, pero sí llamadas al espíritu de grupo. No han supuesto llegar a la final de la Copa ni superar los octavos de la Champions, pero sí han valido cinco remontadas este curso. Y ya van 23 en las últimas cuatro campañas. En dos también valieron el título de Liga.

"He sufrido bastante más de lo esperado y hemos jugado con más ansiedad de la habitual", dijo Jorge Valdano el domingo cuando se marchó del Bernabéu. A esa ansiedad la afición está acostumbrada. Es una película que ha visto ya unas cuantas veces: seis con Capello, siete la primera temporada de Bernd Schuster, cinco con Juande Ramos y otras tantas con Pellegrini. En tres ocasiones más el Madrid del chileno acabó ganando un partido en el que se había adelantado para luego ver cómo le remontaban o empataban. Contra el Almería se adelantó hasta dejarse remontar. Lo arreglaron Benzema (m. 79) y Cristiano (m. 84). En Mestalla también se adelantó y el Valencia empató en dos ocasiones. Fue Garay (m. 83) quien selló la victoria. En Zaragoza le tocó a Kaká poner los tres puntos en la mochila tras mes y medio desaparecido.

Xavi lo resumió así el pasado enero, allá por la 18ª jornada, cuando el Barça sacaba cinco puntos al Madrid: "Yo no me fío. Siempre que se les da por muertos, vuelven". Volvieron, sí. A pesar de perder los dos enfrentamientos directos en el Camp Nou y en el Bernabéu, el Madrid está a un punto de los azulgrana. Y, mientras Marcelo da señales públicas de debilidad -"veo difícil que el Barça pinche en los tres partidos que restan", dijo ayer-, Cristiano tira de las orejas a sus compañeros. "No se puede salir así. Un equipo que se está jugando la Liga no puede permitir a Osasuna rematar tanto. Si seguimos así, es muy difícil que haya remontada", se quejó el portugués el domingo. Y, de hecho, el Madrid no encajaba dos goles en la primera parte desde hacía un año. Fue en mayo de 2009 contra el Valencia (0-3), con la Liga ya perdida tras sufrir la humillación ante el Barça (2-6).

El Madrid de Pellegrini es el primer equipo en la historia de la Liga que consigue sumar 29 victorias en una única temporada (por 28 del Barça). Suma 89 puntos. Capello se proclamó campeón con 76 (los mismos que el Barça) y en el último partido. Con una remontada, cómo no. El Mallorca se adelantó en el minuto 16 hasta que Reyes empató en el 67 y volvió a marcar tras el gol de Diarra. Schuster se proclamó campeón con 85. Y, cómo no, con una remontada. Fue bajo un diluvio en Pamplona. Marcó Puñal en el 83, Robben empató en el 85 e Higuaín hizo el resto en el 87. La película habitual.

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