Nadal sobrevive a la defensiva
El mallorquín, que sufrió ante Gulbis, jugará contra Ferrer la 50ª final de su carrera
En la tierra de Dante, el infierno se describe con tres pinceladas. "Soy consciente de que en el segundo set he perdido totalmente el timing de la pelota". "Me ha quitado la agresividad sacando siempre a más de 200 kilómetros por hora y metiendo muchísimos primeros. Eso me ha obligado a jugar más defensivo". "Si volviera a disputar este partido, intentaría perder mucha menos pista, cambiaría para jugar más dentro y tener más el dominio del punto".
Rafael Nadal venció ayer por 6-4, 3-6 y 6-4 al letón Ernest Gulbis y jugará hoy (16.00) la final del Masters de Roma ante David Ferrer, que reventó por 7-5 y 6-3 a Fernando Verdasco tras ir perdiendo por 1-5 en la primera manga. Antes, sin embargo, el número tres se dio un paseo por el lado salvaje de la vida frente a Gulbis, el verdugo de Roger Federer, gigante de terribles sartenazos y sutiles dejadas, uno más a sumar a la lista de tenistas de 1,90 metros (Robin Soderling, Juan Martín del Potro, Marin Cilic...) que disfrutan golpeando a la altura de la cintura lo que para el resto es una pelota ingobernable. Fue 6-4, 3-6 y 6-4 para Nadal. Pudo ser todo lo contrario: sólo la tenacidad indomable del mallorquín, desdibujado en la estructura del punto, errático con la derecha y siempre atrincherado, le permitió citarse con la 50ª final de su carrera. Un dato impresionante cuando se firma a los 23 años.
"Y en el tercer set", prosiguió Nadal su análisis ante las cámaras de TVE, "me he conseguido serenar, aunque me ha costado mucho". Fueron 2h 47m en la pista, 10 bolas de break perdidas contra una lluvia de 14 aces, la sensación de que el nivel de juego está un escalón por debajo del mostrado en Montecarlo y la posibilidad abierta de recuperar el número dos antes de Roland Garros. Fue, también, un aviso. Ferrer está en su primera final de un masters. Contra el hierro de Ferru no valdrán medias tintas, como sabe desde ayer Verdasco, el hombre de los 14 partidos disputados en los últimos 20 días.
"Me sentí cansado incluso desde que me desperté, por mucho que me pusiera 5-1", resumió el número nueve. "El partido de cuartos fue largo (3h 18m), muy físico... Me sentía bien mentalmente, pero mi cuerpo no lo estaba".
"Estoy jugando muy bien esta temporada. Contra Nadal deberé ser muy agresivo", cerró Ferrer, implacable en su labor de desgaste. Hoy, Roma corona a un español. Por segundo masters seguido, tras el de Montecarlo, dos españoles buscan el título. Será el tercer trofeo en otros tantos torneos de tierra. La circunstancia, por repetida, corre el riesgo de pasar por intrascendente. No lo será en tres semanas. Llega el Masters de Madrid (9 al 16 de mayo). Luego, el templo de la tierra: desde el 23, Roland Garros medirá si la jauría de españoles está agotada por los esfuerzos de la primavera o lista para morder de nuevo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.