"No somos italianos, jugamos al pie"
Nilmar Honorato da Silva (Bandeirante, Paraná, Brasil; 1984) era un delantero alegre y con talento de los muchos del fútbol brasileño. Hasta que, hace un año, marcó un soberbio gol con el Internacional de Porto Alegre al Corinthians tras un eslalon en diagonal de derecha a izquierda sorteando a siete rivales. En Brasil le bautizaron como Nilmaradona, comparando su tanto con el de Maradona a Inglaterra en las semifinales del Mundial de México 1986. Aquella obra de arte le llevó a la selección de su país y al Villarreal. Para acercarse a la Champions, el cuadro castellonense confía en batir hoy al Barça, cuyo triunfo en la Liga pasa sin remisión por El Madrigal.
Pregunta. ¿Vio el partido Barcelona-Inter?
"Es normal que los azulgrana estén enfadados. Pero tienen mucha experiencia"
"Senna me dijo que venía a un gran club. Como no ganábamos, me creí engañado"
Respuesta. Todo el mundo lo vio.
P. ¿Se imagina defendiéndose durante 90 minutos y sin pisar el área contraria?
R. Es difícil que un equipo juegue como lo hizo el Inter. Lo importante es estar en la final y por el resultado se justifican las formas. Hacía 45 años que no estaba en la final. Como espectador, me gusta ver partidos abiertos, con goles y que el Barça juegue como lo hace.
P. ¿Cómo llegan los barcelonistas?
R. Es normal que estén enfadados. Pero son jugadores de mucha experiencia y acostumbrados a ganar. Van a venir con muchas más ganas, ya que la Liga es lo único que les queda.
P. ¿El Villarreal intentará discutirle el balón o cerrarle los espacios?
R. Nosotros no somos italianos, a los que les gusta aplicar grandes marcajes y jugar detrás del balón. Tendremos que estar atentos a los marcajes, pero, desde que Juan Carlos Garrido nos dirige, jugamos el balón al pie, siempre adelante y, en los últimos partidos, con tres delanteros.
P. ¿Por qúe han mejorado?
R. Necesitábamos un cambio. Hemos mejorado anímicamente y en el campo. Hace dos meses era impensable pensar en la posición en la que estamos ahora. Fue difícil para mí llegar a un club nuevo y empezar mal.
P. Con tres delanteros, ¿se siente cómodo en una banda?
R. En Brasil ya he jugado en la izquierda. Me gusta, ya que tengo velocidad, aunque también tienes que correr y trabajar más.
P. ¿Cómo fue su infancia?
R. Muy tranquila. Mi padre era camarero y mi madre trabajaba en un hospital de enfermera. Siempre quise ser futbolista y mis padres hicieron mucho esfuerzo para criar a sus tres hijos.
P. ¿Algún futbolista en la familia?
R. Mi padre dice que lo fue de joven, pero creo que no jugaba a nada.
P. ¿Sus comienzos?
R. En Bandeirante, una población como Vila-real, de 40.000 habitantes. A los 15 años me fui al Internacional y allí estuve hasta los 19, cuando me fichó el Lyon.
P. El Lyon pagó casi seis millones. ¿Fue prematuro?
R. Ya había debutado con Brasil con Parreira de seleccionador. En el Lyon estaban Govou y Wiltord, delanteros de la selección francesa. En la Champions marqué cuatro goles. Pero quería jugar más y por eso volví.
P. ¿Se saltan en Sudamérica etapas de formación?
R. La situación en Brasil está mejorando. Hay empresas que invierten en los clubes. Aun así, hay muchos brasileños por todo el mundo desconocidos allí porque se marcharon a los 15 años. Todos los equipos tienen alguno.
P. Volvió al Corinthians, que, posteriormente, compró su pase por cinco millones. Formó pareja con Tévez y después llegaron las lesiones.
R. Nos llamaban la pareja infalible. Al año siguiente, en 2006, me rompí los ligamentos cruzados de la rodilla derecha. Seis meses después volví, jugué cuatro partidos y me rompí la rodilla derecha. Pasé un año sin jugar. Regresé al Internacional y, afortunadamente, me recuperé bien. Marqué el gol, en el último minuto de la prórroga ante Estudiantes de la Plata, que nos dio el título de la Copa Sudamericana [equivalente a la Liga Europa].
P. ¿Y el magnífico gol al Corinthians?
R. Me regateé a siete jugadores. Era el primer partido de la Liga y el primero que jugaba contra mi ex equipo. Es difícil repetir un gol así.
P. El Villarreal pagó por usted cerca de 15 millones. ¿Conocía el club?
R. Lo conocía por sus dos temporadas en la Champions, por los internacionales y por Senna.
P. Los primeros resultados le hicieron pensar: "¿Qué hago yo aquí?"
R. Senna me dijo que era un gran club, muy tranquilo, sin mucha presión, que estaba siempre ahí arriba luchando por los puestos de la Liga de Campeones... Pero, al principio, no ganábamos ni un partido. Le dije que me había engañado. Además, me aseguró que el clima era muy bueno. Y era todo al revés. Perdíamos y hacía un tiempo asqueroso. Le dije: "¿Qué pasa aquí?".
P. ¿Ha cambiado de opinión?
R. Fuera del campo estaba bien hasta que llegó el frío. Las cosas tenían que cambiar y yo debía hacer goles, que por algo soy delantero.
P. ¿Seguirá en el Villarreal tras el Mundial?
R. Tengo cuatro años más de contrato, pero, si hago un buen Mundial y los equipos grandes de Europa vienen a por mí, el Villarreal escuchará ofertas.
P. ¿Por qué sonríe siempre?
R. Soy brasileño. Estoy contento con la vida, tengo todo y mucho más. Desde pequeños, estamos contentos, jugamos al fútbol y bailamos la samba.
P. Senna parece más serio.
R. Senna no es brasileño [risas].
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