Frente a frente con los monstruos

Tratándose de dinosaurios, alguno podría pensar que el espectáculo estaba dirigido especialmente a los niños, pero las caras de los adultos expresaban la misma estupefacción ante el tamaño de los monstruos. Y no era para menos. Había que ver frente a frente al estegosaurio, con su espalda llena de vistosas púas y sus más de tres metros de altura. O al braquiosaurio, el animal que ha tenido el cuello más largo de la historia y que alcanzaba las 30 toneladas de peso y los 12 metros de altura. Tampoco se quedaba atrás el anquilosaurio, un auténtico animal blindado, y, sobre todo, el tiranosaurio rex, el más famoso de todos, que ahora está conociendo Europa porque mientras existió nunca salió de Norteamérica.

La producción está basada en una serie de televisión de la BBC

Algunos animales son controlados por tres personas que van en el interior

Todos estos dinosaurios impactaron por igual a los niños de tres años y a los abuelos que iban con ellos. Y el escenario acompañaba, con un juego de luces y un sonido que aportaban realismo a los animales que desfilaban por el Palacio de Deportes de Madrid en el estreno de la producción Caminando entre dinosaurios.

El comienzo estaba marcado a las ocho de la noche, pero una hora antes padres e hijos ya hacían fila frente al acceso principal del Palacio, junto a la plaza de Felipe II, para presenciar esta producción basada en la premiada serie de televisión de la BBC. El espectáculo ha dado la vuelta al mundo desde septiembre de 2009, y ha sido visto por más de 4,4 millones de personas en más de un centenar de ciudades. Fue ideado por el director artístico William May en 2007 y llevado a la realidad por Sonny Tilders, el diseñador de los 17 dinosaurios que parecen casi reales en escena. En Madrid podrá verse hasta el 2 de mayo.

"Son robots, pero les han puesto piel. ¿A que sí, papá?", le decía un niño de ocho años a su padre mientras observaba maravillado al gigantesco braquiosaurio color verde oliva que se paseaba por el escenario, a escasos cinco metros de él. Parecen reales, pero no lo son. Debajo de la piel de los más grandes hay tres profesionales que controlan sus movimientos.

Con el espectáculo, además, se aprende, que una vez existió un único continente llamado Pangea, que un huevo de dinosaurio podía tener el tamaño de una pelota de fútbol, que un tiranosaurio rex engullía un bocado de 75 kilos de un mordisco y que en el Cretácico estos gigantes desaparecieron por culpa de un meteorito de 10 kilómetros de diámetro que cayó en México, hace 65 millones de años.

Caminando entre dinosaurios. Palacio de Deportes. Plaza de Felipe II. Hasta el 2 de mayo. Precio: de 19 a 39 euros.