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Lucha por la supervivencia en el PP después de Fabra

Los diputados se posicionan en el pleno de la corporación

María Fabra

El pleno de la Diputación de Castellón se convirtió ayer en escenario de la lucha por la supervivencia que mantienen algunos diputados del PP, o de la pugna por los restos de poder que puedan quedar cuando el elegido por Carlos Fabra para su sucesión, Javier Moliner, llegue al palacio de la plaza de las Aulas. La participación de varios diputados, además de cuatro vicepresidentes, en el debate de la sesión dejó entrever los deseos de posicionamiento de unos y otros, mientras Fabra sigue convaleciente tras un trasplante de hígado.

Ante lo que parecía una apuesta por quién se mostraba más crítico, intervinieron los vicepresidentes Vicent Aparici, Rubén Ibáñez y Ramón Tomás, además del presidente en funciones, Francisco Martínez, y las diputadas Esther Pallardó y Susana Marqués.

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Hasta ahora, Martínez mantenía el mando delegado por Fabra junto a la diputada Esther Pallardó. Otro de los vicepresidentes, Vicent Aparici, trataba de ensanchar su supuesta parcela de poder, mientras que Rubén Ibáñez se mantenía en la discreta posición a la que Fabra le relegó al principio del mandato. Pero el panorama ayer fue distinto.

Aparici sigue tratando de alzar su voz, pero tuvo que ceder la defensa de la postura del PP en una moción sobre transparencia, una cuestión de argumentario político que habitualmente debate él. En su lugar lo hizo Marqués, que, además, es portavoz del PP en el Ayuntamiento de Benicàssim con un discurso, en su primera intervención, leído. La estrategia fue recibida con sorpresa en el banco socialista en el que el portavoz y alcalde de Benicàssim, Francesc Colomer, llegó a tutearla, algo inusual.

Pallardó parece haberse distanciado de la doctrina oficial y, pese a que su competencia es la Comunicación, también quiso mostrar su incisiva oratoria en una propuesta sobre el sector cerámico. Francisco Martínez sólo atendió a los ruegos y preguntas pero las contestó in voce, en lugar de hacerlo por escrito, como solía hacer Fabra. Al margen de eso, intervino para defender la ausencia de algunos diputados durante la exposición de una propuesta del Bloc, alegando que éstos "también tienen derecho a hacer pipí". En el caso de Ramón Tomás, el reto lanzado al portavoz socialista con su "arréglate el cerebro" y "te lo digo a la cara", aunque sin el micrófono encendido, fue una muestra más de la tensión.

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