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Dos gerentes de una fábrica de Urdaibai se enfrentan a tres años de cárcel

Hoy comienza el primer juicio medioambiental importante en siete años

Los dos gerentes entre 2001 y 2008 de la maderera Finsa Inama, ubicada en la reserva de la biosfera de Urdaibai, se enfrentan a tres años de cárcel cada uno en el juicio por un delito contra el medio ambiente que se inicia hoy en Bilbao. Es la primera vista importante en Euskadi desde hace siete años por una infracción penal medioambiental: la anterior fue el juicio por el escape tóxico de Rontealde en Barakaldo, que causó la muerte a un vecino.

En las dos últimas décadas sólo ha habido tres condenas por delitos relacionados con el medio ambiente (un empresario de Abadiño, dos altos cargos de la papelera de Iurreta y dos directivos de Rontealde) pero la máxima pena ha sido de dos años, con la que, si no existen antecedentes penales, evita la cárcel a los imputados.

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En el caso de Finsa Inama, el fiscal considera que existe un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente en la actividad de la fábrica, dedicada a la producción de aglomerado de madera, por superar el límite legal de ruidos, la existencia de focos de emisiones sin legalizar, vertidos de aguas residuales sin permiso y el hecho de que la factoría funcione sin la licencia de actividad para producir aglomerado. Además de las penas de prisión, decreta la clausura temporal de las instalaciones durante un año.

El Ministerio Fiscal asume las conclusiones del juzgado de Gernika que inició las investigaciones en 2005, como que por la noche se alcanzan los 67,2 decibelios de ruidos en el exterior de las viviendas cercanas a la fábrica. La Organización Mundial de la Salud sitúa en los 55 decibelios nocturnos el umbral a partir del que se imposibilita un descanso suficiente. Enumera además las lesiones respiratorias, dérmicas, insomnio y las auditivas sufridas por los vecinos e incluso se refiere al caso de una familia que abandonó su chalé, cerca de la planta, por las afecciones. Otras tres familias más han dejado sus hogares por el mismo motivo.

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Además, destaca que los únicos permisos de la planta datan de la época franquista, de 1963 y 1973, cuando era una serrería. La fiscal señala, cuando realizó su escrito en febrero de 2009, que Finsa Inama recibió la Autoración Ambiental del Gobierno vasco (el nuevo permiso impuesto por la UE para las empresas más contaminantes) pero de forma condicionada a cumplir medidas correctoras. "No se ha hecho efectiva", decía entonces.

Como ya informó este diario, el Departamento de Medio Ambiente anuló el pasado 4 de marzo esta autorización, en lo que es el primer caso de declaración de caducidad del permiso a una empresa en Euskadi. El Gobierno argumentó que no había cumplido las medidas exigidas, especialmente la depuración de sus emisiones a la atmósfera.

El juicio se inicia hoy con la declaración de los dos imputados, los ex gerentes de la planta Adolfo Conde y José Manuel Sánchez, y también comparecerán más de 50 testigos, entre los vecinos denunciantes, ertzainas que han comprobado las denuncias y peritos. Por ello, aunque se han fijado cuatro jornadas, es probable que se prolongue hasta el viernes, aseguraron fuentes judiciales.

La vista cierra más de cuatro años de diligencias y 18 años de protestas de sus vecinos, que en 2004 crearon una asociación contra la actividad de la planta. Interpusieron la primera demanda que ha acabado con el juicio. Sin embargo, al persistir los problemas de ruidos y emisiones, el pasado año se presentó otra denuncia en la que está imputado el actual gerente de la planta, quien ya ha prestado declaración ante un juzgado de Gernika.

El Ararteko ya censuró, en un informe elaborado en junio de 2006, la tolerancia institucional con Finsa Inama, a la que calificó de empresa "clandestina". El Gobierno le impuso en 2007 dos multas leves de 12.000 euros por deteriorar el medio ambiente y las ilegalidades en sus focos de emisión.

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