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Córdoba agiliza la construcción de un macropolígono industrial

Después de tres años en punto muerto, el gran centro industrial planeado para la logística y distribución de mercancías (con participación de El Corte Inglés) comienza a ver la luz en Córdoba. El consejo rector de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) del Ayuntamiento espera que las obras comiencen este mismo año y sometió ayer a información pública el plan parcial de El Álamo en lo que compete a sus conexiones generales (agua, luz y alcantarillado). Se tratará de un macropolígono industrial de 1,4 millones de metros cuadrados promovido por la empresa gallega Vialmar.

El Corte Inglés compró 100.000 metros cuadrados de ese complejo en 2005 para instalar allí su centro logístico del sur de España, Portugal y norte de África. La adquisición se hizo a un precio preferente, teniendo en cuenta que la empresa será un reclamo para otras firmas. El Ayuntamiento considera esta infraestructura una pieza básica para el futuro de la ciudad, pues aprovecha y afianza la situación estratégica de Córdoba (la capital más septentrional de Andalucía) como eje imprescindible de las comunicaciones entre el norte y el sur de España. El presidente de la GMU, Francisco Tejada, dijo que la empresa promotora Vialmar "ya está redactando el proyecto tanto de urbanización como de reparcelación".

El plan parcial El Álamo estuvo paralizado por la mala situación económica y por problemas en la definición y concreción de las conexiones generales de abastecimiento. La empresa trabaja en trazados de conducciones que pueden ser de varios kilómetros hasta la subestación más cercana o hasta el colector de aguas residuales.

Asimismo, otro gran -y polémico- proyecto urbanístico de la ciudad también avanza. Se trata de la construcción, por parte de la Junta, de la Torre de Poniente, un importante edificio de 16 plantas y 56 metros de altura que albergará cinco delegaciones y en el que trabajarán casi 1.600 funcionarios. Tras el fuerte rechazo que encontró, hace unos años, la construcción de una torre junto al casco antiguo proyectada por la empresa Prasa (cuyo proyecto, de similar altura, finalmente menguó hasta las siete plantas), no era de extrañar que el plan de la Junta encontrase opositores.

Las alegaciones en contra se han basado en que el edificio superará los 22,5 metros fijados para las zonas de uso residencial en el Plan General de Ordenación Urbana. El Ayuntamiento ha rechazado sus alegaciones basándose en que el rascacielos formará parte de una zona de equipamientos públicos comunitarios, que no se ven afectadas por la limitación en altura de las áreas residenciales.

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